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El escándalo es comparado con el caso Watergate

Trump afronta tormenta política tras despedir al director del FBI

El exdirector del FBI, James Comey, testificó el pasado 3 de mayo ante el Comité Judicial del Senado en el Capitolio en Washington.
El exdirector del FBI, James Comey, testificó el pasado 3 de mayo ante el Comité Judicial del Senado en el Capitolio en Washington.
Foto: AFP
12 de mayo de 2017 - 00:00 - Redacción Mundo y Agencia AFP

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de despedir a James Comey, el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) quien lideraba una investigación sobre los posibles vínculos entre su campaña y Rusia, fue un anuncio que sacudió a Washington.

Ante este  terremoto político, ayer el director interino del FBI, Andrew McCabe, dio testimonio público ante la poderosa comisión de Inteligencia del Senado, una de las tres comisiones que investiga la injerencia rusa en la campaña presidencial. Sin embargo, en lugar de calmar las cosas, McCabe efectuó aseveraciones que podrían molestar a Trump.

De acuerdo con el diario The Washington post, McCabe defendió con fuerza a su exjefe - Comey, a quien el mandatario enfatizó que no estaba haciendo un buen trabajo- declarando que laborar con él era “el mayor privilegio y honor de mi vida profesional”. Destacando que su punto de vista era ampliamente compartido en toda la agencia.

El dirigente interino también refutó los intentos de los funcionarios de la Casa Blanca de minimizar la indagación de Rusia - declarando que era una “investigación altamente significativa” que no había sido ni siquiera disuadida. “En pocas palabras, señor, no puede impedir que los hombres y mujeres del FBI hagan lo correcto, protegiendo al pueblo estadounidense y manteniendo la Constitución”, dijo en respuesta a una pregunta del senador Marco Rubio sobre la indagación.

El FBI, que eventualmente será dirigido por un candidato de Trump, tiene el papel más importante en la reunión de inteligencia con respecto a la investigación Trump-Rusia y una autoridad más amplia para investigar a los ciudadanos estadounidenses que las otras agencias de inteligencia. Las conclusiones de la agencia van dirigidas a los superiores en el Departamento de Justicia, y cierta información también se va para el Congreso.

El director del FBI tiene un poder significativo para determinar la profundidad de la investigación. Él o ella pueden decidir sobre el tamaño y el alcance de la investigación.

El director también puede negarse a cooperar con las investigaciones del Congreso, entre otras cosas.

El cargo de la dirección dura un período de diez años. Comey, de 56 años, fue nombrado hace cuatro por el expresidente Barack Obama.

¿Por qué despidieron a Comey?

Según The New York Times, la relación entre el exdirector del FBI y el mandatario estadounidense comenzó a afectarse durante la campaña presidencial después de que James Comey indicó en julio que Hillary Clinton no sería acusada por el uso de un servidor de correo personal privado; eso contravenía el mensaje de los mítines de Trump acompañado de cánticos de “¡enciérrenla!”. Empeoró mucho más cuando Trump fue elegido presidente y Comey no respaldó su acusación de que el expresidente Barack Obama había intervenido sus teléfonos.

No obstante alcanzó su punto más bajo después de que James Comey  confirmó durante un testimonio juramentado ante el congreso que el buró sí investigaba posibles vínculos entre el equipo de campaña de Trump y Rusia.

Consejeros del gobierno federal dijeron que, desde la semana pasada, funcionarios de alto rango de la Casa Blanca y del Departamento de Justicia tuvieron el encargo de armar un caso para justificar el despido de Comey y que se le pidió al fiscal general, Jeff Sessions formular razones para destituirlo.

El razonamiento –especificado en cartas emitidas por Sessions y el subprocurador Rod Rosenstein– terminó siendo que Comey había manejado de manera equivocada la investigación sobre los correos electrónicos de Clinton por, entre otras cosas, publicar ‘información derogatoria’ al cerrar el caso y decir que no debía ser imputada.

El senador demócrata Richard Blumenthal, quien había hablado en las cadenas de televisión sobre una ‘posible crisis constitucional’, afirmó que las razones que dio el gobierno para echar a Comey eran “irrisorias”.

Tras el anuncio manifestantes se congregaron frente a la Casa Blanca para reclamar el nombramiento de un fiscal especial para el caso al grito de “¡Vergüenza!, ¡Vergüenza!”. Por su parte, Comney fue invitado a declarar el martes próximo a puertas cerradas ante la comisión de Inteligencia del Senado, que realiza su propia investigación sobre la presunta injerencia de Rusia.

Los senadores de esta comisión emitieron el miércoles una citación para que el exconsejero de seguridad nacional de Trump, el general Michael Flynn, les facilite todos los documentos que podrían resultarles de ayuda respecto a los posibles vínculos de allegados a Trump con Moscú.

Flynn se vio obligado a dimitir el 13 de febrero, después de que salieran a la luz repetidos contactos que mantuvo con el embajador ruso en Washington antes y después de la elección presidencial.

Poco después de que se conociera la noticia del despido, empezaron a surgir las comparaciones entre Trump con el expresidente Richard Nixon, quien expulsó al fiscal independiente del caso Watergate Archibald Cox, en 1973, un año antes de que un panel del Congreso votara a favor de la destitución del fallecido gobernante, quien abandonó el cargo en 1974. (I)

DATOS

Los apoyos al presidente Donald Trump están cerca de su menor nivel desde la toma de posesión y la tasa de aprobación de su gestión se encuentra actualmente en 54,2%, según la media de sondeos elaborada por Real Clear Politics.

El partido Republicano de Trump controla ambas cámaras del Congreso, lo que reduce las probabilidades de que se le someta a un proceso de destitución.

La Casa Blanca consideró ayer innecesario designar a un fiscal especial para investigar los presuntos lazos entre el entorno de Donald Trump y Moscú, dijo Sarah Huckabee Sanders, su portavoz.  

Los demócratas argumentan que el despido de James Comey pone de relieve la necesidad de crear una comisión especial que investigue las supuestas intromisiones de Rusia en la última elección presidencial estadounidense. (I)

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