El pontífice se apresta a abrir el año de la misericordia para los creyentes
Tras su paso por Cuba, el Papa visita a los católicos de EE.UU.
El último evento del papa Francisco en Cuba fue un encuentro con las familias en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en Santiago de Cuba. En su discurso, recordó que no hay familias perfectas.
“Se discute hoy mucho sobre el futuro, sobre qué mundo queremos dejarle a nuestros hijos, qué sociedad queremos para ellos”, reflexionó y alentó a que “dejemos un mundo con familias, es la mejor herencia, dejemos un mundo con familias”.
El Pontífice habló desde su experiencia como Arzobispo de Buenos Aires y como hijo. Recordó que “no existe la familia perfecta, no existen esposos perfectos, padres perfectos ni hijos perfectos, y si no se enojan yo diría tampoco suegras perfectas”.
“Pero eso no impide que no sean la respuesta para el mañana. Dios nos estimula al amor”, subrayó, y pidió que “por eso, cuidemos a nuestras familias, verdaderas escuelas del mañana”.
De acuerdo con el Pontífice latinoamericano, se debe cuidar la familia como el verdadero espacio de libertad y centros de la comunidad. “Es en casa donde experimentamos el perdón, y estamos invitados continuamente a perdonar, a dejarnos transformar. Es curioso en casa no hay lugar para las ‘caretas’, somos lo que somos”.
Francisco lamentó que “en muchas culturas van desapareciendo estos espacios y momentos familiares, escasean momentos en común, para estar en familia”.
“Entonces no se sabe esperar, no se sabe pedir permiso, no se sabe pedir perdón, no se sabe dar gracias, porque la casa va quedando vacía, no de gente, sino de padres, hijos, nietos, abuelos, hermanos, vacía de relaciones, vacía de contactos, vacía de encuentros”.
Castro también ha participado en las 3 misas en Cuba.
DATOS
Santiago de Cuba, la cuna de la Revolución Cubana, del ron y de la trova, dio una despedida con ambiente de carnaval al papa Francisco, a su paso en el ‘papamóvil’ por sus pintorescas callejuelas.
La comitiva del Papa argentino entró hacia la Catedral de Santiago por la calle Aguilera y se detuvo un momento frente a la antigua iglesia de Dolores, reconvertida en Sala de Conciertos, junto a la plaza del mismo nombre, donde se habían congregado desde la madrugada cientos de personas para saludarlo.
“Esto es como un carnaval”, declaró Josefina Prosper, de 17 años, presidenta de la Federación de Estudiantes Secundarios de la provincia, aludiendo a la fiesta tradicional que se celebra cada julio en Santiago de Cuba.
El Papa destacó que a pesar de las dificultades que aquejan actualmente a las familias, estas “no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger y acompañar”.
Previamente el Papa escuchó al arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio Guillermo García lbáñez, quien destacó la presencia de familias “de todas las provincias del país y de fuera de la patria”.
“La familia es la institución más valorada por los cubanos y, precisamente por eso, es la que más preocupa debido a tantos factores que atentan contra su unidad, su bienestar, su significado, y el sentido del matrimonio en la sociedad actual”, destacó el Prelado.
Francisco se convirtió en el tercer papa en visitar Cuba. Primero lo hicieron Juan Pablo II y luego Benedicto XVI. Pero esta ha sido una visita marcada por un discurso social.
Evaluación de la visita
Los postulados de Francisco no son nuevos (mensajes similares tuvo en su gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay), pero que lo haga en un gobierno especializado en la asistencia a los más pobres, tiene especial importancia.
Iván Ramos, integrante del movimiento laico Camino a Nazaret, detalló que el Papa ha hecho énfasis en la misericordia, porque este es el año dedicado a este don, como se reconoce en la Iglesia Católica. “El Papa está hablando insistentemente de esto en Cuba y está llevando un mensaje más cercano a los fieles”, resaltó.
Considera que una muestra de ello es que se reunió con Fidel Castro, que visitó Cuba y luego fue a Estados Unidos, en donde fue recibido por Obama.
El mensaje es de misericordia y esto es lo que se trasladará al sínodo de la familia, que se realizará al próximo mes en el Vaticano.
Francisco jugó un papel clave en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, que hasta hace poco eran declarados enemigos de la época de la Guerra Fría.
Para Ramos el mensaje del Papa en Cuba va enlazado a lo que expone en su encíclica ‘Alabado seas’, donde critica el consumo excesivo.
Sobre la relación entre Cuba y Estados Unidos considera que “son dos países con realidades distintas, por eso él apeló a no caer en el consumismo en las sociedades de consumo desenfrenado y que descartan al ser humano y descuidan al medio ambiente”.
“El Papa le recuerda a todos que ante lo que se viene con países tan distintos se deben mantener los valores de solidaridad, compasión, misericordia, porque son más importantes de lo que parecen”.
En la Plaza de la Revolución, al pie de la imagen de los guerrilleros Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, el Papa pidió a los cubanos conservar sus dones y no caer ante las tentaciones de proyectos ajenos.
Luego, en la catedral de La Habana, dijo que la riqueza corrompe. El martes por la noche expresó que el pueblo cubano vivió “dolores” y “penurias” que no acabaron con su fe en Dios, al oficiar una misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad, cerca de Santiago de Cuba.
“El alma del pueblo cubano (...) fue forjada entre dolores, penurias que no lograron apagar la fe, esa fe que se mantuvo viva gracias a tantas abuelas que siguieron haciendo posible, en lo cotidiano del hogar, la presencia viva de Dios”, dijo.
Y a eso se añade que en su encíclica asegura que el irrestricto respeto a la propiedad privada no es parte de la tradición cristiana.
Por gestos y pronunciamientos como esos, el Papa se ha hecho acreedor a un liderazgo mundial.
Para Frei Betto, uno de los fundadores de la corriente conocida como Teología de la Liberación, el Pontífice ejecuta una revolución en la iglesia Católica.
En una entrevista a Telesur dijo que “como Juan XXIII, Francisco está haciendo una verdadera revolución, pues es un hombre que defiende a los pobres, los derechos humanos, que ha sacado una encíclica sobre la degradación socio ambiental”.
Y añadió que el Pontífice tiene una visión clara sobre la pobreza en el mundo y como ningún otro ha denunciado las injusticias sociales, no solamente los efectos. “El papa Francisco quiere una iglesia más cercana al pobre y menos imperial”, señaló. (I)
El Congreso de EE.UU. recibirá al Papa mañana
El papa Francisco desembarcó ayer en Washington para iniciar una gira de 6 días por Estados Unidos en la que se reunirá con el presidente Barack Obama, hablará ante el Congreso y pronunciará un discurso ante la Asamblea General de la ONU.
El avión de Alitalia aterrizó a las 15:50 locales en la base aérea Andrews, en la periferia de la capital estadounidense, proveniente de Santiago de Cuba. Por la ventanilla del avión eran exhibidas las banderas del Vaticano y de Estados Unidos.
Al pie de la escalerilla del avión, Francisco fue recibido por el presidente Obama, su esposa Michelle y sus 2 hijas, y numerosos obispos, incluyendo el cardenal Donald Wuerl, de la arquidiócesis de Washington.
Se trata de la primera visita de Francisco a la minoría católica de Estados Unidos, en ese país hay 68 millones de fieles registrados y un tercio son hispanos. Además de los 270 obispos en Norteamérica, solo 28 son latinos.
El anterior papa que viajó al país fue Benedicto XVI en 2008. Paulo VI fue el primero en pisar suelo estadounidense, en 1965, y Juan Paulo II tiene el récord, con 7 visitas.
El primer compromiso de hoy de Francisco en Washington será una visita a Obama en la Casa Blanca. Unas 20.000 personas son esperadas en los jardines de la sede presidencial.
Mañana dará su esperado discurso ante las 2 cámaras del Congreso estadounidense, donde además deberá usar un balcón para saludar a una multitud que se estima podría superar las 50.000 personas. Finalmente se reunirá con representantes de grupos católicos antes de trasladarse a Nueva York. (I)