Las tragedias en Estados Unidos parecen no terminar. Esta vez un tiroteo en una vivienda en el pequeño pueblo de Manchester, en el estado de Illinois, dejó cinco personas muertas y una herida, informaron ayer las autoridades locales, que capturaron al sospechoso.

Entre los cinco fallecidos, cuatro hombres y una mujer, figura un sospechoso que recibió disparos de la Policía, según la cadena de televisión NBC, que cita fuentes policiales.

El alcalde de Manchester, Ronald Drake, confirmó el número de víctimas que hubo en el tiroteo, que ocurrió en la noche y al que respondieron la Policía local y un equipo de agentes especiales, informó la cadena de televisión local KTVI.

Los agentes explicaron que llegaron al escenario del tiroteo, un complejo de apartamentos situado en la localidad  Federal Way, al sur de Seattle, tras recibir una llamada de emergencia y escucharon varios disparos.

Relataron que la Policía vio a varios hombres, aparentemente heridos, tendidos en el piso del aparcamiento y cuando un agente se acercó, uno de ellos sacó su arma y el agente le disparó.

El suceso provocó el cierre de las escuelas en tres distritos del área en el sur del estado de Illinois. Las víctimas podrían formar parte de la misma familia, informó la portavoz de la Policía estatal, Monique Bond, al diario Chicago Tribune.

Según Bond, un niño, que aparentemente también se encontraba en el hogar, salió ileso del incidente.

Hasta el momento las autoridades no han identificado a las víctimas ni a la persona herida. El sospechoso trató de huir del lugar de los hechos en un vehículo, lo que causó una persecución de la Policía, que finalmente  terminó con su captura en un pueblo cercano, según la cadena de radio local WLDS. EFE