Timochenko marca distancia con Márquez por postura sobre la paz
“Creo que si vamos a hablar de autocríticas, la primera es la de abandonar la responsabilidad que le otorgó nuestro partido, y en la que confió el país y la comunidad internacional. (...) Desafortunadamente Iván no percibió la dimensión del puesto que nuestra larga lucha lo llevó a ocupar”, detalló Rodrigo Londoño, conocido como “Timochenko”.
El exlíder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, ahora movimiento político) publicó una carta dirigida al exjefe negociador de la desmovilizada guerrilla, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”.
De acuerdo con El Heraldo, Timochenko comunicó que rompió relaciones con Márquez, quien aún no comparece a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) con otros disidentes.
“Con hondo pesar, debo reconocer la necesidad de marcar distancias con ellos. Somos un partido para la paz. Nunca seremos un partido para la guerra”, enfatizó el líder de las negociaciones.
El malestar entre ambos se hizo público luego de que Márquez manifestó que fue “un error haber entregado las armas a un Estado (gobierno) tramposo”.
Su declaración se refirió a la captura de Zeuxis Hernández, alias “Jesús Santrich”. El exguerrillero fue brevemente liberado luego de que un juez no encontró pruebas de que envió 10 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos después de la firma de paz. Sin embargo, minutos después las autoridades colombianas lo volvieron a capturar porque el caso aún no estaba cerrado. EE.UU., por su parte, insiste en su extradición, indicó el diario Semana.
La carta reconoce dificultades
“Se fue, sin ningún tipo de explicación, y se negó a ocupar su curul en el Senado, dejando acéfala nuestra representación parlamentaria en el momento que más se requería su presencia”, continuó la misiva de Timochenko.
Londoño acusó a Márquez además de la relación con su sobrino Marlon Marín, testigo de Estados Unidos y de la Fiscalía en el operativo de entrampamiento de la DEA contra Jesús Santrich.
“(...) Como lo hubiera sido, de no existir esa extraña y peligrosa relación con su sobrino, relación que terminó por enredar a Santrich y enlodar nuestro trabajo político. Aquí también cabría una sincera autocrítica de Iván”. En su texto no defiende ni sentencia a Santrich, como respeto a la justicia.
Timochenko reconoce que los acuerdos de La Habana no pusieron fin, ni podían poner fin, al conflicto económico, social y político de Colombia. Además aseguró que era muy ingenuo creer que la construcción de paz sería fácil, y más en un país con tantos intereses. Y reconoce errores.
“Lo demás es la guerra infinita, la destrucción interminable de vidas en su mayoría del mismo pueblo, mientras el poder sigue intacto en manos de una clase que se alimenta de la confrontación”, lamentó el exguerrillero y político. (I)