El tifón 'Goni', el más poderoso del año, tocó tierra este domingo en el este de Filipinas con un balance de diez muertos y unos 420.000 desplazados, además del temor de que sus vientos provoquen un daño "catastrófico", según las autoridades.

El sistema tormentoso que acompaña al tifón (conocido también como 'Rolly' por la población local) podría afectar a 31 millones de personas y sus vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora han causado ya al menos tres graves deslizamientos de tierra, sin mencionar las lluvias torrenciales que inundan las comunidades próximas a la capital Manila.

La agencia para el control de desastres redujo el número inicial de desplazados, que rondaba el millón, por una estimación más conservadora que, sin embargo, podría aumentar en las próximas horas.

Se espera que el tifón alcance nueve provincias al sur y sureste de la región metropolitana de Manila en las próximas horas con "vientos violentos y catastróficos", acompañados de lluvias "posiblemente torrenciales", de acuerdo con la agencia para la gestión de desastres del país.

El tifón tocó tierra en la provincia de Catanduanes, donde los vientos arrancaron tejados, árboles y postes eléctricos. Desde ahí avanzó a la provincia de Albay, donde incluso provocó daños en algunos refugios. "Es posible que sea la mayor tormenta que he visto en mi vida", declaró el gobernador provincial, Al Bichara.

Nueve de los fallecidos son residentes precisamente de esta provincia, según Bichara, donde han desaparecido otras tres personas. Tres de ellos se ahogaron al desbordarse un río y un cuarto murió aplastado por el impacto de un árbol. También se tiene constancia de otro fallecido en Catanduanes.

Ambas provincias forman parte de la gran región de Bicol, la más afectada hasta el momento por el tifón.

Mientras, en Manila, las autoridades cerraron el principal aeropuerto internacional durante 24 horas y suspendieron más de una veintena de vuelos. Algunos centros comerciales cerraron a la espera de la evolución de los acontecimientos.

'Goni' se trata del tifón más potente que ha alcanzado Filipinas en siete años, desde la llegada del 'Haiyan' en 2013, que mató a más de 6.300 personas en las provincias del centro y del este del país, donde dejó más de 4 millones de desplazados. (I)