Theresa May admite que Reino Unido entra en un momento crucial del Brexit
La primera ministra británica, Theresa May, trazó los pilares de la nueva relación comercial que busca con la Unión Europea (UE) tras el Brexit. La jefa de Gobierno especificó que debe estar basada en una competencia justa para beneficio de ambas partes.
En su discurso del pasado viernes, May detalló los objetivos de su negociación con la UE, centrada en el período de transición y la relación comercial, sin apartarse de sus líneas rojas: la salida del mercado único europeo y de la unión aduanera y el fin de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia (TEJ) en territorio británico.
“Estamos saliendo del mercado único, la vida será distinta”, admitió la premier en su muy esperada intervención en el edificio Mansion House, en la City de Londres (centro financiero).
Su posición fue bien recibida por el ala más euroescéptica de su partido, el conservador, los llamados ‘brexiteers’, ansiosos por cortar con la unión aduanera comunitaria para poder negociar acuerdos comerciales con terceros países, entre ellos EE.UU.
El ministro de Exteriores, Boris Johnson, abanderado de la salida de Reino Unido de la UE, dijo que el discurso detalla una visión clara y convincente de la futura asociación que persigue su país.
May avisó que solo deberían introducirse nuevos aranceles a los proveedores de servicios en Reino Unido y la UE “donde sea absolutamente necesario” y destacó como prioritario un acuerdo para cubrir los servicios de radiodifusión y financieros.
También señaló que Reino Unido negociará con los otros 27 países de la UE cómo continuar asociado a agencias europeas como la del Medicamento (EMA), la Agencia Química Europea o la Agencia Europea de Seguridad en la Aviación una vez que se consume el Brexit.
Esta posición fue aplaudida por conservadores proeuropeos, llamados ‘remainers’, entre ellos Heidi Allen, que expresó en un tuit su satisfacción por estos puntos y mencionó que May se mostró a favor de evitar las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y por la importancia de compartir datos.
La primera ministra recalcó que confía en poder alcanzar un acuerdo a pesar de las diferencias, pero admitió que habrá altibajos y las negociaciones serán ásperas.
Los cinco pilares
Las negociaciones que empiezan este mes en Bruselas tendrán cinco pilares: el respeto por el resultado del referéndum de la UE celebrado el 23 de junio de 2016; que el nuevo acuerdo entre Londres y Bruselas no fracase; que el pacto preserve los empleos y la seguridad; que respete a Reino Unido como país tolerante y moderno y que asegure la unidad, explicó May.
Para la jefa de Gobierno, Reino Unido entra en un momento crucial de las negociaciones y reconoció la complejidad de las conversaciones, centradas, sobre todo, en el período de transición, de unos dos años, para permitir que las empresas y los ciudadanos puedan adaptarse al nuevo marco legal que regirá entre ambas partes.
También se comprometió a trabajar para impedir que haya una frontera visible entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, pero sin que ello suponga poner en peligro la integridad constitucional de Reino Unido.
La primera ministra ya aclaró que jamás firmará un acuerdo con Bruselas que contemple fijar la frontera comercial comunitaria en el Mar de Irlanda, que separa la isla de Irlanda de de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales).
“Nuestra retirada de la UE causa unos particulares desafíos para Irlanda del Norte y para Irlanda. Nos unimos a la UE hace 45 años. No es sorprendente que nuestra decisión de marcharnos cause ansiedad y un deseo por lograr soluciones”.
Este compromiso con la unión de las cuatro naciones británicas deleitó al Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, de los que la primera ministra tiene su apoyo para gobernar tras perder la mayoría absoluta en las elecciones generales de 2017.
La líder del Partido Unionista Democrático (DUP, en inglés), Arlene Foster, manifestó que el discurso garantiza que no se levantará una nueva frontera comercial entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido tras el Brexit.
May recalcó que el objetivo es que Reino Unido y la UE permanezcan vinculados por los muchos lazos y valores comunes.
Desde la oposición, el líder laborista, Jeremy Corbyn, indicó que el discurso no aporta ninguna claridad ni un verdadero sentido de las prioridades ante la negociación del Brexit y que añaden más confusión.
Tras el discurso de May, la Confederación de la Industria Británica (CBI) apuntó que “se necesita más para retirar la niebla de la incertidumbre”.
A pesar de reconocer algunos elementos positivos del enfoque de May, Carolyn Fairbairn, directora general Fairbairn del CBI, apuntó que el Gobierno de Londres necesita ahondar en la relación comercial y el período de transición entre ambas partes. (I)
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, durante la reunión con la mandataria Theresa May (d), en la que determinaron los puntos del Brexit. Foto: EFE