Terrorismo en Nueva Zelanda
Musulmanes en Nueva Zelanda, miembros de una pequeña comunidad compuesta por 50.000 personas, pasaron momentos amargos mientras averiguaban ayer si sus seres queridos estaban entre las 49 víctimas de los atentados a dos mezquitas en la ciudad de Christchurch.
“Nadie contesta sus teléfonos”, mencionó Nasreen Hanif, vocera del Consejo de Mujeres Islámicas de Nueva Zelanda, en Auckland.
“No sabemos si están en el hospital. Algunos publicaron que están a salvo, pero otros no lo han hecho”, manifestó Hanif.
La primera ministra Jacinda Ardern calificó las ejecuciones como un ataque terrorista “bien planeado”.
Para los musulmanes en Nueva Zelanda y en el extranjero, la masacre generó tristeza e indignación: fue una tragedia, pero también, ante los ojos de muchos, un evidente acto de odio generado por años de opiniones antimusulmanas.
No obstante, líderes musulmanes en el territorio de Nueva Zelanda subrayaron que los ataques no eran característicos del país, un lugar que muchos de ellos asocian con la paz, destacó The New York Times.
“Los musulmanes han estado en Nueva Zelanda durante mucho tiempo y nunca han tenido ningún problema aquí”, dijo Ibrar Sheikh, secretario de la mezquita Al Mustafa Jamia Masjid en Auckland.
“Solo porque uno o dos individuos han tomado esta postura, no significa que exista un ataque contra las personas que viven en Nueva Zelanda”, añadió.
El presunto autor del ataque, identificado como Brenton Tarrant, lo transmitió en vivo. Este australiano, de 28 años, también publicó un manifiesto en el que declaraba su admiración por el presidente estadounidense, Donald Trump, y la ideología de la supremacía de la raza blanca.
“Solo soy un hombre blanco común, de una familia normal que decidió tomar una postura para asegurar el futuro de su gente”, escribió en Twitter antes de ejecutar el ataque. (I)