Teresa Forcades propone tomar de ejemplo a Ecuador

Ella vive ‘Sin Miedo’. Lo demostró en el libro del mismo nombre, publicado por Icaria Editorial, y que se ubicó durante 5 semanas como el más vendido  en el segmento de no ficción en catalán. Teresa Forcades es monja, teóloga y médica, pero su faceta más rebelde no es la de creer en el aborto o criticar el financiamiento de los partidos.  

Junto al economista Arcadi Oliveres, fundó la plataforma Procés Constituent, que impulsa una candidatura alternativa para las elecciones autonómicas de Cataluña en 2016. Asegura que “para cambiar las cosas hay que perder el miedo” y desobedecer leyes y políticas injustas.

En julio de 2013, la monja benedicta se fue de gira. Desde entonces se dedica a recorrer diversos puntos de Cataluña predicando su doctrina: un nuevo modelo político donde solo cabe la independencia de Barcelona y donde hay otros puntos considerados tabúes para la Iglesia Católica y otras religiones. Forcades también habla de despenalizar el aborto, reconocer la homosexualidad y propone que la “Iglesia evolucione”.

Lo hace desde cualquier plataforma, sea virtual o real. Tal cual relata el diario inglés The Guardian, Forcades puede viajar a Valencia para dar un discurso ante una multitud, y volar al día siguiente a las Islas Canarias para dirigirse a una minoría de un grupo teológico. Por el momento vive en Alemania y da cátedra de teología.

Desde allí impulsa la independencia de Cataluña. Más de 47 mil personas, según recoge la propia plataforma Procés Constituent, han firmado su manifiesto online en el que apoya el proceso constituyente de Cataluña. Su objetivo es llegar a los 100 mil. Va por buen camino y sabe que los nuevos medios son la catapulta para llegar a más. Tiene al momento 28 millones de seguidores en Twitter y siguen creciendo.

“Mi deseo y mi oración tanto para ti, visitante desconocido, como para mí misma, es que, como dice san Benito, seamos siempre conscientes de la presencia de Dios en nuestra vida”, dice la página principal de su página web (teresaforcades.com). Desde el inicio no reniega de su fe y asegura que su activismo no es político.

Nació en 1966 en Barcelona y es hija de un padre agente comercial y una madre enfermera. En una entrevista a diario El País aseguró que siempre quiso estudiar medicina y por ello se marchó en 1992 a la Universidad de Nueva York. El amor por el activismo vino después.

Repite que no busca mezclar la política con la religión, pero eso ha sido inevitable. Después de todo no es común que una monja promocione la independencia de Cataluña o que critique las llamadas ‘puertas giratorias’ de los políticos que van y vienen de los partidos.  “Me gustaría pensar que promociono contenido y no imagen”.

Su relación con la izquierda

Hace poco Forcades habló de Ecuador. Se refirió al proceso ecuatoriano como un ejemplo. Textualmente dijo a una entrevista con el diario Publico.es: “Ecuador ha sido capaz de hacer una auditoría de su deuda, distinguiendo entre deuda legítima e ilegítima y se ha sacado de encima la deuda ilegítima... podríamos aprender mucho de Ecuador, Venezuela o Bolivia”.

La promotora del Procés Constituent cuestionó la deuda comprometida por España al FMI (Fondo Monetario Internacional) porque esta provoca una ‘situación económica de estancamiento y la imposibilidad de desarrollo’.

¿Cómo es el proceso que vislumbra Forcades para Cataluña? La religiosa lo ve desde un punto estratégico, “mi apuesta personal y sueño es por una Cataluña independiente anticapitalista y con una España gobernada por un proceso de ruptura como el que propone Podemos”.

En más de una ocasión ha mencionado su apoyo al movimiento ‘Podemos’ liderado por Pablo Iglesias, y lo llamó a apoyar el proceso independentista de Cataluña.  Para esta monja involucrarse en la política es una responsabilidad que la encontró en el evangelio. ¿Por qué no hacerlo desde un partido de derecha? “La izquierda es una mayoría social, pero sin un polo aglutinador no logra darle la vuelta al sistema en las urnas”. 

El lema de los ‘benedictos’ como Forcades es centrar su trabajo en la comunidad. Ella ha preferido dejar los monasterios, sin olvidar la fe pero sí a la Iglesia Romana Católica, a la que la llama misógina y patriarcal.