La tensión entre Estados Unidos e Irán aumenta
Amir Hatamí, ministro iraní de Defensa, aseguró ayer que los dirigentes de Estados Unidos y sus aliados regionales “solo entienden el lenguaje de la fuerza” y que, por ello, “no hay otro camino que una amenaza decisiva”.
Hatamí respondió así al presidente de EE.UU., Donald Trump, quien el domingo hizo una advertencia en Twitter.
“Nunca más vuelva a amenazar a los Estados Unidos o sufrirá consecuencias que pocos han sufrido en la historia antes. Ya no somos un país que aguantará sus demenciales palabras de violencia y muerte”, escribió Trump con mayúsculas.
Durante el acto de inauguración de la línea de producción del misil aire-aire de medio alcance “Fakur”, Hatamí aseveró que “el pueblo iraní ha demostrado que ante los codiciosos responde de forma decisiva”.
La causa del conflicto
El cruce de acusaciones, y amenazas entre Irán y EE.UU., lo inició el domingo el presidente iraní, Hasan Rohaní, quien instó a Washington “a no jugar con fuego” ya que empezar un conflicto con Teherán supondría “la madre de todas las guerras”.
La escalada de la retórica belicosa se produce tres semanas antes de que se vuelva a imponer la primera ronda de sanciones bancarias suspendidas en virtud del acuerdo nuclear.
El presidente estadounidense critica el pacto previo -firmado por su predecesor Barack Obama- y exige uno más agresivo que limite el programa de misiles balísticos iraní y su influencia en la región.
El acuerdo nuclear de 2015 fue firmado entre el G5+1 (formado por EE.UU., Francia, Reino Unido, China y Rusia, más Alemania) con Irán.
Aunque las sanciones entrarán en vigor en agosto, los castigos más grandes son los que se adoptarán desde noviembre próximo ya que tienen como objetivo cortar prácticamente el mercado petrolero de Irán.
Los acusa de mafiosos
El domingo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, lanzó un duro ataque contra los gobernantes clericales y militares de Irán, llamándolos una cleptocracia igual a la mafia.
Confirmó que Washington quiere que todos los países disminuyan sus importaciones de petróleo iraní “lo más cerca posible de cero” antes del 4 de noviembre, como parte de los esfuerzos de Washington para aumentar la presión económica sobre Teherán.
Tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, que sorprendió incluso a los aliados europeos más cercanos de Washington, Pompeo presentó el 21 de mayo una “nueva estrategia” que obligará a Teherán a ceder a una docena de demandas estrictas.
Aunque no llegó a pedir un cambio de régimen en Irán, anunció que el Gobierno de EE.UU. difunde en farsi (lenguaje local) lo que probablemente fomente más disturbios contra el Gobierno de Irán. Asimismo, Pompeo detalló que la Junta de Gobernadores de la Radiodifusión de EE.UU. toma medidas para eludir la censura de internet.
De acuerdo con el diario The Washington Post, muchos de los estadounidenses iraníes huyeron o son descendientes de aquellos que migraron después de que la Revolución Islámica derrocara al sha en 1979. En el sur de California hay 250.000 estadounidenses iraníes.
Por otra parte, varios miembros de la administración Trump y de su círculo son halcones francos en Irán. Antes de unirse a la Casa Blanca, el consejero de seguridad nacional, John R. Bolton, pidió el derrocamiento del Gobierno iraní. (I)