En Brasil se produjo una historia humana que se replicó por todo el mundo. El joven Tawy Zoé quería proteger a su padre del covid-19 y por ello lo cargó en su espalda durante 12 horas.

Su progenitor tiene el mismo nombre, Tawy Zoé. La extensa caminata de 12 horas se realizó por la selva hasta llegar a un punto de vacunación.

La complicación del acceso a la aldea motivó al joven Tawy Zoé a realizar este esfuerzo, consciente que las vacunas salvan vidas y deben ser para todo el mundo.

La población de Zoé está dispersa en un territorio de 669.000 hectáreas viviendo en más de 50 pueblos diferentes. No hay un solo pueblo. Y la movilidad en el territorio se realiza por senderos dentro del bosque.

Desde el comienzo de la pandemia en marzo del 2020, los Zoe se han aislado en los pueblos más remotos. Se dividieron en grupos de aproximadamente 18 familias. Adoptaron la estrategia de no cruzarse entre ellos y evitar la proximidad de los blancos.

Su llegada fue por caminos que solo ellos conocían y sabían evitar los cruces entre los grupos. Esta táctica funcionó durante casi 1 año de pandemia y así fue respetada e incorporada durante la primera y segunda dosis.

En el caso de Wahu y Tawy Zoé, existió una relación muy intensa de amor, cariño y respeto entre padre e hijo. En ocasiones anteriores, incluso fuera del contexto de la pandemia, Tawy cargaba a su padre en paseos entre pueblos, detalló el médico que registró todo.

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