Los supervivientes del ciclón luchan por volver a la normalidad en Mozambique
A medida que algunas urbes del centro de Mozambique comienzan a resurgir del agua tras el devastador paso del ciclón Idai, que ha causado de momento en este país 447 muertos, muchos supervivientes intentan continuar con sus vidas pese a la falta de infraestructuras y el encarecimiento de los alimentos.
"Ahora que el agua ha descendido estamos tratando de volver a empezar nuestra vida, pero seguimos sin energía, ni los bancos ni Mpesa (pago de dinero electrónico) funcionan y los precios han aumentado mucho", explicó Fernando Domingos, superviviente de Búzi, ciudad mozambiqueña hasta hace poco sumergida bajo el agua.
"Una bolsa de harina que (antes) costaba 850 meticales (unos 12 euros) ahora la venden a 1.400 (casi unos 20 euros)", especifica Domingos por teléfono.
En Mozambique, el país más afectado por Idai y donde el ciclón tocó tierra el 14 de marzo, el nivel de agua de las inundaciones comenzó a bajar y por primera vez el domingo 24 de marzo se pudo acceder a zonas adonde antes solo se había podido llegar por vía aérea.
Como otros vecinos de esta urbe localizada al sur de Beira, epicentro de esta catástrofe, Domingos recuerda con claridad los instantes previos a las inundaciones que siguieron al ciclón, considerado un "desastre sin precedentes" en esta región por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.
"El coche de policía comenzó a circular avisando a las personas para refugiarse. Yo tomé algunas cosas (de casa), y junto a mi familia nos fuimos al centro de la ciudad, a la Radio Comunitaria que está en un primer piso, donde ya había otros vecinos", relata Domingos sobre el pasado sábado 16 de marzo.
Junto a su esposa y dos hijos de 3 y 4 años de edad, así como una cuñada y un sobrino, Domingos permaneció en este edificio hasta el jueves, 21 de marzo, cuando Idai comenzó a ocupar titulares en todo el mundo y diversos organismos internacionales denunciaron la gravedad de esta catástrofe medioambiental.
"El agua subió a mucha velocidad. A las 21:00 horas ya estaba todo lleno. A media noche éramos unas cien personas, juntas de pie, adultos y niños", rememora, y añade que sobrevivieron compartiendo entre todos los alimentos que habían traído y asegurándose de que los niños "comieran una vez al día".
En la actualización del Instituto Nacional de Gestión de Catástrofes mozambiqueño, el número de víctimas mortales asciende a 447, uno más que este domingo.
Asimismo, la población afectada aumentó hasta las 794.035 personas, de las que 128.941 viven en 143 refugios creados por el Gobierno.
Según el superviviente de las inundaciones en Búzi "ayer (domingo), el Gobierno comenzó a distribuir algún apoyo: arroz, macarrones, aceite, sal y azúcar pero no llega a una familia entera".
En el vecino Zimbabue, adonde llegó el 15 de marzo el ciclón, helicópteros privados y de las fuerzas áreas distribuyen sin pausa comida a las comunidades de Chimanimani y Chipinge, los dos distritos del este del país más afectados.
En este país, el número de muertos asciende a 154, mientras que los desplazados alcanzan los 884 y los desaparecidos los 187, según cifras del pasado sábado del Ministerio de Información zimbabuense.
A esta cifra se suman los 56 fallecidos que Idai causó en Malaui, cuando todavía era una tormenta tropical.
Las tareas de los organismos nacionales e internacionales se centran en el reparto de comida y en evitar enfermedades graves que suelen desencadenarse cuando el agua se estanca, como el cólera y la malaria.
La ONU ha calificado el desastre causado por Idai como una emergencia de nivel 3, una categoría que ahora mismo en el mundo solo tienen las emergencias humanitarias en Siria y el Yemen. (I)