Tomó un recuerdo personal, la imagen de sus compañeros de escuela, y lo transformó en ícono de la desaparición forzada en Argentina. 20 años después, el fotógrafo Marcelo Brodsky reedita la foto y encabeza una campaña internacional para difundir el caso Ayotzinapa.

“Con la desaparición de 43 estudiantes normalistas en México en Argentina nos sentimos inmediatamente muy afectados. Hubo una reacción muy fuerte: indignación, impotencia, ganas de apoyar y, fundamentalmente, identificación porque lo que ahora les tocó a ellos de alguna manera antes nos pasó a nosotros”, explicó el fotógrafo en entrevista con EL TELÉGRAFO.

Durante la última dictadura militar en su país (1976-1983) los represores desaparecieron a dos de sus compañeros de salón y también a su hermano menor, Fernando Rubén, un muchacho de 22 años que disfrutaba de la natación.

Marcelo Brodsky (Buenos Aires, 1954) se exilió en España, donde inició su trayectoria como fotógrafo, Considera que lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014 en el estado mexicano de Guerrero rebasó los límites: “Tuvo otra dimensión, otra escala. Porque son jóvenes estudiantes de clase popular, masivamente atacados. Nosotros también fuimos estudiantes y nos desaparecieron, pero nunca así”.

Marcelo Brodsky decidió que la gravedad del caso ameritaba reeditar su más famosa fotografía, la intervención sobre un retrato de la clase 1972 del Colegio Nacional de Buenos Aires, y con el apoyo del actual director de la escuela, Gustavo Zorzoli, convocó a los estudiantes para que participaran en el proyecto.

Los alumnos eligieron la frase, se encargaron del mensaje a transmitir y de construir una imagen donde 43 de ellos exigieran solidaridad por los 43 mexicanos. Ahora logró una red de 47 organizaciones, que produjeron 250 fotografías sobre Ayotzinapa; un libro en proceso de impresión y una exposición de 52 imágenes que hoy se inaugura en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Guerrero, lugar natal de los estudiantes desaparecidos. (I)