El presidente sirio, Bashar al Asad, promulgó ayer un decreto que estipula un aumento de los salarios, mientras las manifestaciones contra su régimen no cesaban ni dentro ni fuera del país.

Unas 20.000 personas participaron ayer en la ciudad de Deraa, sur de Siria, en los funerales de  las  personas muertas el miércoles por las balas de las fuerzas de seguridad.

“Hay seguramente más de 100 muertos y la ciudad necesita una semana para enterrar a sus mártires”, declaró Ayman al Asuad, militante de derechos humanos, que acusó a las fuerzas de seguridad de  utilizar balas reales contra  manifestantes.

Numerosos ciudadanos y activistas sirios se manifestaron también  ante el consulado de Siria en Dubai para condenar la violencia de las fuerzas de seguridad.

Mientras tanto, el gobierno de Bashar al Asad  aumentó entre el 20 y el 30% el salario para  los funcionarios, anunció la agencia oficial Sana.  Los sueldos  inferiores a 200 dólares aumentarán un 30% y los de 200 dólares o más, un 20%, señala el decreto.

Además, el Gobierno  planea anular la ley sobre el estado de emergencia vigente desde 1963 y pondrá en marcha mecanismos eficaces para luchar contra la corrupción, declaró ayer  Busaina Shaaban, consejera del presidente Bachar al Asad en una conferencia de prensa en Damasco.  Siria es escenario desde el pasados 15 de marzo de un movimiento de protesta contra el régimen, sobre todo en el sur del país. AFP