Un ataque suicida en el centro de Damasco ha causado este viernes al menos 11 víctimas mortales y 63 heridos. Sin embargo la cifra podría aumentar.

El ministro sirio del Interior, Mohamed Shaar, dijo que se confirmó la muerte de once personas, pero que hay "decenas de cuerpos mutilados". Cifras antes difundidas situaban en 25 los fallecidos.

La televisión estatal siria mostró imágenes de restos humanos y vehículos calcinados por la fuerte explosión.

Las autoridades han atribuido la acción a un supuesto terrorista suicida que hizo detonar los explosivos junto a un semáforo, ubicado debajo del puente, en el populoso barrio al-Midan de la capital siria.

Según el titular del Interior el ataque tenía como objetivo un autobús que transportaba a miembros de las fuerzas de seguridad sirias.

Entre los edificios colindantes afectados constan una comisaría y una mezquita, al igual que un colegio de educación primaria, con desperfectos en su fachada y sus ventanales.

En tanto que un vehículo del Gobierno también se destruyó por la deflagración y contaminó a otros coches.

El pueblo sirio salió a las calles y plazas de ciudades y poblados para condenar el atentado. La televisión nacional y las agencias de noticias SANA y Cham Press reportaron manifestaciones en Damasco como en otras localidades del país, así como en otras urbes.

También difundieron las condenas y muestras de solidaridad de países amigos, entre ellos Rusia y el Líbano. "Condenamos con toda decisión esa criminal acción, que no tiene ni puede tener justificación alguna. Sus organizadores y ejecutores deben ser castigados", reza una declaración difundida por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

En tanto que el grupo chií libanés Hizbulá atribuyó el ataque a las "fuerzas del mal estadounidenses" que tratan de "internacionalizar la crisis siria".

En un comunicado, Hizbulá consideró que el crimen forma parte de un plan de EE.UU. para ocultar su fracaso en Irak y constituye "una nueva prueba de que tratan de sabotear la seguridad y la estabilidad de Siria, en un intento de castigarla por su lucha, junto a la Resistencia (libanesa), contra el enemigo sionista (Israel)".

El atentado de hoy es el segundo de gran magnitud en dos semanas en Damasco, después de que el pasado 23 de diciembre dos fuertes explosiones causaron 44 muertos en el distrito de Kafar Souseh, cerca de dos edificios de los cuerpos de la Seguridad y la Inteligencia, que las autoridades atribuyeron a terroristas suicidas.

Sin embargo, la oposición al régimen de Bachar al Asad acusó a la propias autoridades de haber orquestado los atentados para influir sobre la misión de observadores de la Liga Árabe que llegó a la capital siria solo un día antes de los atentados para constatar el cese de la violencia.