Damasco.-

Las autoridades sirias afirmaron ayer que la única forma de superar el actual conflicto es un diálogo nacional sin injerencias, tras una entrevista en Damasco entre el ministro de Relaciones Exteriores, Walid Muallem, y el mediador internacional Lakhdar Brahimi, que pide una tregua.

Brahimi y Muallem hablaron del “cese de la violencia (...) para preparar el clima con vistas a un diálogo global sirio, que según el Gobierno es la única forma de salir (de la crisis), lejos de cualquier intervención extranjera”, indicó la cancillería siria en un comunicado.

Los dos diplomáticos hablaron también de las obligaciones de las demás partes regionales que “obstaculizan la misión de Brahimi al seguir albergando, armando y entrenando a los grupos terroristas”, afirmó el ministerio, que calificó la entrevista de muy “constructiva” y “seria”.

Brahimi ha propuesto al Gobierno sirio de Bashar Al Assad un alto el fuego durante la fiesta musulmana de Al Adha, del 26 al 28 de octubre. El emisario de la ONU y la Liga Árabe se reunió también con miembros de la oposición tolerada por el régimen, entre ellos Hasan Abdel Azim, portavoz del Comité de Coordinación para el Cambio Nacional y Democrático (Cccnd).

Abdel Azim afirmó que el Cccnd, que agrupa a partidos nacionalistas árabes, kurdos y socialistas, ve favorablemente la propuesta de alto el fuego de Brahimi.

Pero en el terreno, el Ejército sirio bombardeó ayer los alrededores de Maaret al Numan, una ciudad clave bajo control rebelde en el noroeste de Siria. El viernes, los episodios de violencia dejaron 133 muertos en todo el país, entre los cuales 55 civiles, 33 rebeldes y 45 soldados.

Mientras que un atentado mortífero en Beirut, atribuido por la oposición libanesa al régimen sirio, reavivó el viernes  temores a un contagio regional del conflicto sirio.

El jefe de la oposición libanesa, Saad Hariri, acusó directamente al presidente Bashar Al Assad del asesinato en el atentado del jefe de inteligencia de la Policía, el general Wissam al Hassan, pero Damasco  atribuyó los ataques a terroristas.

La agresión, que hace temer que vuelvan los asesinatos de personalidades libanesas hostiles al régimen sirio, que golpearon a Líbano entre 2005 y 2008, fue condenada unánimente por la comunidad internacional, incluidos  Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, el Vaticano, Canadá o México.