Sepultan a disidente cubano
Los restos del preso político cubano Wilmar Villar Mendoza, que murió el jueves tras una huelga de hambre de 50 días, iban a ser sepultados ayer en Santiago de Cuba.
Villar, de 31 años, dejó de ingerir alimentos en protesta por la condena de cuatro años de cárcel que le impuso el 24 de noviembre un tribunal cubano, en un hecho similar al del disidente Orlando Zapata, que falleció en 2010 tras mantener en prisión un ayuno de 85 días.
El activista Elizardo Sánchez contó que Villar tenía dos hijas y era miembro de la Unión Patriótica de Cuba, un grupo opositor que opera en el oriente de la isla.
Indicó que el fallecido fue condenado a 4 años de prisión acusado de desacato, resistencia y atentado, un fallo que consideró “injusto”, por lo que se declaró en huelga de hambre.
El Gobierno de Raúl Castro y los medios cubanos -bajo control estatal- han guardado silencio sobre el caso, pero el bloguero oficialista Yohandri calificó a Villar como un sujeto violento, “de una peligrosidad social comprobada”.
“Este hombre, que hoy se nos presenta como un luchador pacífico por los derechos humanos, no fue más que un violento ciudadano, de una peligrosidad social comprobada”, escribió en su blog, que publicó también la causa del deceso: “un fallo multiorgánico por sepsis generalizada”. AFP