El Gobierno colombiano inició el diálogo con los indígenas del suroeste del país que quieren sacar de sus territorios a la fuerza pública y a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Entre tanto, en Toribío corría ayer  el rumor de que el VI Frente de las FARC se tomará el pueblo, en represalia por la captura por parte de la guardia indígena de cuatro de sus miembros. “La amenaza está latente”, confirmó el mayor de la Policía, Simón Cornejo, al diario colombiano El País.

En esta semana se ha agudizado el conflicto en Toribío, departamento del Cauca, después de que la guardia indígena desalojara a las tropas del Ejército del cerro Alto Berlín y un día después  de que causara disturbios en la región, al intentar recobrar el control de la zona, que terminaron con la muerte de un indígena.

En la primera reunión que se realizó a puerta cerrada, y concluyó cerca de la medianoche del miércoles, el régimen y las autoridades indígenas acordaron evitar el enfrentamiento.

El preacuerdo sería reforzado en una reunión con Bruno Mora, alto consejero de la ONU en Colombia, quien llegó ayer al municipio de Toribío  para instalar una nueva mesa de diálogo entre las autoridades indígenas y el gobierno.