Scotland Yard, presionada por aumento de extremismo islámico
Scotland Yard se ha visto cada vez más presionada por un número "excepcionalmente alto" de casos de extremismo islámico en Gran Bretaña, ante el temor de atentados terroristas en el país.
El asistente para el alto comisionado de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, también confirmó que decenas de familias británicas pidieron ayuda a las fuerzas de seguridad para que eviten que familiares y allegados viajen a Siria o Irak con el fin de ser radicalizados y sumarse a las filas del Estado Islámico (EI).
Rowley explicó que Scotland Yard tuvo que aumentar sus medidas antiterroristas como consecuencia de agravamiento del conflicto con los yihadistas del EI.
Para el funcionario policial, los desafíos para la Policía británica "seguirán por años".
De acuerdo a cifras oficiales, se efectuaron 218 detenciones por delitos de terrorismo en Inglaterra, Escocia y Gales durante 2014, y de ese total 16 fueron acusadas formalmente por actividades extremistas en Siria.
Scotland Yard explicó que el volumen, amplitud y ritmo de actividad anti-terrorista "cambió dramáticamente" a medida que el conflicto en Siria atrajo a un gran número de ciudadanos británicos, en su mayoría jóvenes musulmanes desafectados con el gobierno de coalición del Reino Unido.
Rowley, que además es jefe de las tareas antiterroristas de la Policía, agregó que la amenaza para Gran Bretaña "enfrenta ahora una nueva dimensión", como consecuencia de la mayor influencia del EI en los jóvenes radicalizados.
Destacó en ese sentido que los detectives están desbaratando varios planes terroristas por año, incluyendo "complejas conspiraciones" y ataques "espontáneos, pero muy letales" en el país.
Según el directivo de Scotland Yard, en algunos casos la Policía tuvo que actuar antes de lo previsto, que significó que no efectuó cargos contra detenidos.
"Hoy en día estamos enfrentando una dinámica diferente, ya que un número cada vez mayor de personas que no estaban en nuestro radar terrorista están siendo atraídas por una ideología que descubren a través de las redes sociales", explicó Rowley.
Al comienzo del año, la Policía antiterrorista apeló a las mujeres musulmanas a persuadir a sus familiares a no viajar a Siria para combatir junto al EI, luego de informarse que al menos 500 musulmanes británicos viajaron a ese país para involucrarse en el conflicto armado.
La campaña policial en Gran Bretaña llevó a varias organizaciones humanitarias y de derechos civiles a cuestionar las tácticas policiales, y poner en duda si la Policía es lo suficientemente confiable entre la comunidad musulmana para convencer a los jóvenes.
Sin embargo, Rowley aclaró que en lo que va del año muchas familias preocupadas por sus hijos pidieron ayuda a Scotland Yard por un aumento de la radicalización.
"Hace muy pocos días una familia nos alertó que su hijo planeaba viajar a Siria. Los padres se dieron cuenta muy rápidamente de lo que pasaba y nos alertaron. Logramos interceptar a este joven en Turquía y las autoridades turcas lo devolvieron al Reino Unido", subrayó.
La Policía británica confirmó estar ahora enfocada en hallar a los "sargentos reclutas", financistas y activistas dentro de Gran Bretaña, como también combatir la influencia de vídeos extremistas en las redes sociales por Internet.
Desde agosto pasado, los yihadistas del EI han decapitado a cuatro rehenes occidentales, incluidos los dos periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, y los activistas humanitarios británicos David Haines y Alan Henning, todos ellos secuestrados en los últimos meses en Siria.
Rowley explicó que los detectives antiterroristas están retirando por semana del Internet más de un millar de vídeos y otros contenidos extremistas, incluyendo grabaciones y fotografías muy gráficas de violencia extrema.
"Por supuesto que no podemos erradicar estos materiales por completo, pero nuestras actividades están siendo muy efectivas", subrayó.
El mes pasado, Gran Bretaña elevó su nivel de alerta por terrorismo a "severa", que implica que un atentado en el país es "altamente probable".
Rowley indicó que muchos británicos que viajaron a Siria e Irak para combatir junto a las filas del EI han regresado al país, y ahora la Policía está detrás de ellos para procesarlos.
"Esta es una amenaza terrorista que puede que tenga su base a miles de kilómetros de aquí, pero el extremismo está influenciando a muchos jóvenes en las calles de Londres, y busca importar el terrorismo a Gran Bretaña", agregó el directivo policial.
El Reino Unido registró el 7 de julio de 2005 los atentados terroristas más sangrientos en el país desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando cuatro suicidas, todos ellos británicos musulmanes, detonaron sus explosivos en cuatro vagones repletos del metro de Londres y un autobús de la ciudad, provocando la muerte de 56 personas y más de 700 heridos.