Satélite cambia de orientación y caerá el sábado
La NASA retrasó hoy unas horas su previsión de la caída de un satélite a la Tierra, que puede producirse el sábado por la mañana hora del este de EE.UU. (cuatro horas más que la GMT) según el nuevo cálculo.
Inicialmente la agencia espacial estadounidense calculaba que el impacto podía producirse hoy por la tarde hora del este de EE.UU.
Además de este retraso, que se debe a un cambio en la "orientación o configuración" del Satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS), la NASA revela en su última actualización de las 14.30 GMT que ya no se puede descartar que el satélite, de más de 5.500 kilos de peso, impacte sobre EE.UU., como había dicho ayer.
No obstante, asegura de que la posibilidad de que esto ocurra es "baja" e insiste en que el riesgo de que los restos del ingenio espacial caigan sobre una persona es "extremadamente pequeño".
La actividad solar, el factor que adelantó el reingreso del satélite previsto en principio para finales de septiembre o principios de octubre, ya no es determinante en la velocidad de caída del satélite.
Lo que está ralentizando su descenso es un cambio "en su orientación o configuración", según la NASA.
No obstante, la agencia espacial dijo que todavía es demasiado pronto para predecir con certeza el momento y el lugar de la caída del satélite; las predicciones serán más certeras en las próximas 12 ó 18 horas.
Los científicos calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas del artefacto sobrevivirán las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la Tierra.
La probabilidad de que alguno de los restos del UARS, que pesa 5.675 kilogramos, alcance a una persona es muy remota según la agencia espacial estadounidense, que la cifra en una entre 3.200.
De hecho, la agencia asegura que desde el comienzo de la era espacial no se ha confirmado ningún caso en el que haya resultado herida una persona por un objeto espacial durante la maniobra de reingreso.
En el caso de que los restos del satélite caigan en una área poblada o cerca de una, las Fuerzas Armadas de EE.UU. advierten de que los ciudadanos no deben tocar estas piezas, sino avisar del hallazgo a las autoridades.
Ante los rumores que han circulado por Internet de que las piezas podrían contener material radiactivo, la NASA se ha visto obligada a desmentirlo y ha aclarado que la recomendación de no tocar los restos del ingenio radica en que son afilados y pueden cortar.
Además de las razones de seguridad, los ciudadanos no deben tocar los restos porque estos son propiedad del Gobierno de EE.UU., de manera que, insisten las autoridades, "no pueden venderse a coleccionistas ni a través de la página eBay".
El transbordador "Discovery" transportó en 1991 este satélite de seis toneladas diseñado para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la contaminación, que emprendió su camino de regreso a la Tierra hace seis años