Santos reclama a las FARC más pruebas de querer alcanzar la paz
Los diez uniformados (seis policías y cuatro militares) liberados el lunes por las FARC fueron examinados ayer por los médicos a la espera de regresar con sus familias, mientras el gobierno de Colombia reclamaba más gestos del grupo guerrillero para un diálogo que ponga fin a casi medio siglo de conflicto armado.
Los partes médicos revelaron que los ex rehenes presentan buenas condiciones generales, aunque la mayoría de ellos seguirán internados los próximos días para profundizar el estudio de su salud mental y física, ya que padecieron enfermedades tropicales durante el cautiverio.
Según el parte de la clínica de la Policía Nacional, uno de los ex cautivos, el sargento mayor César Augusto Lasso, expresó haber padecido paludismo y leishmaniasis, enfermedades comunes en las regiones tropicales.
El presidente Juan Manuel Santos, quien visitó ayer a los liberados tras 13 ó 14 años de secuestro, exigió a las FARC “muestras más fehacientes” de su voluntad de querer alcanzar la paz.
“La liberación masiva es un paso que valoramos en su dimensión, pero (...) no es suficiente”, subrayó el mandatario colombiano en la clínica de la Policía Nacional, donde se reunió con 6 de los 10 ex cautivos.
El gobernante relató que todos los liberados le dijeron “que se sentían bien, de cuerpo y de alma” y que algunos incluso se mostraron listos para seguir combatiendo.
Juan Manuel Santos también confesó que se sobrecogió con los testimonios de los ex rehenes, que le narraron las peripecias y enfermedades que sufrieron durante el tiempo que estuvieron secuestrados y el tratamiento que recibieron de los guerrilleros, “muchas veces inhumano”, enfatizó.
Mientras tanto, los familiares de los liberados cuentan las horas para poder tenerlos de regreso a sus hogares. “Al intendente de la Policía, Jorge Romero, lo pudimos ver un ratito.
No quiso hablar del cautiverio y nosotros sólo queríamos que sintiera el cariño que le ha faltado en los últimos 13 años”, narró su hermano Javier.
“De salud lo vimos bien, aunque físicamente está más flaquito y su semblante es un poco diferente”. Pero está lúcido”, agregó.
La familia del agente también está a la espera de saber qué contienen las bolsas que Romero y otros liberados portaban el lunes cuando bajaron del helicóptero que les recogió en un pueblo selvático del sureste de Colombia.
“Ya sabemos que trajo un bastón que preparó en la selva, con ayuda de un guerrillero, para su madre, que ya no lo puede usar porque está en silla de ruedas”, reveló Javier.
Norma Trujillo, la esposa del sargento de la Policía José Libardo Forero, también expresó su alegría al comprobar que “él está bien y feliz de estar con su familia”.
“Anoche se emocionó mucho al ver lo hermosa que está su hija y que su hijo se había hecho un hombre y se parecía mucho a él”, contó la esposa de Forero, raptado en un asalto guerrillero a una comisaría en julio de 1999.
Con estas liberaciones unilaterales, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia aseguran haber entregado a todos los uniformados en su poder, pero faltan todavía los civiles.