Llega a EE.UU. la orangutana reconocida como "persona no humana" en Argentina
La orangutana Sandra, el primer animal reconocido como "persona no humana" en Argentina, llegó a Estados Unidos en cumplimiento de una orden judicial, procedente de Buenos Aires, donde vivía en condiciones inadecuadas.
El Centro para Grandes Simios, en Wauchula, en el centro de Florida, manifestó este viernes 27 de septiembre del 2019 que están "ansiosos" por recibir a Sandra, de 33 años.
Sin embargo, precisó que la simio primero tendrá que completar "el período de cuarentena" requerido por los federales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en un zoológico en Kansas.
El Centro para Grandes Simios de Florida funciona hace 31 años en el área rural de Wauchula, una zona boscosa y húmeda, y posee una superficie total de 40 hectáreas.
Actualmente, residen en este santuario 21 orangutanes de distintas edades, todos rescatados de circos, de la industria del entretenimiento o del "mascotismo".
En 2014, en Argentina, donde vivió 25 años, Sandra fue el primer animal reconocido en un sentencia judicial como "persona no humana".
La Justicia argentina reconoció sus derechos básicos como "ser sintiente" en vez de ser considerada como un objeto o cosa susceptible de propiedad, una decisión que sentó precedente en la jurisprudencia del país.
La orangutana de 53 kilos, nacida en Alemania en 1986, vivía desde los 8 años en el zoo (ahora ecoparque) de Buenos Aires, donde se encontraba expuesta al ruido de la ciudad y a la ausencia de otros animales de su especie.
Tras el proceso legal, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires se vio obligado a reubicarla en un santuario acorde a su especie en el que pudiese desarrollar su vida en un estado real de bienestar.
Finalmente, se dispuso su traslado al centro estadounidense y, una vez realizados los estudios sanitarios pertinentes, se la preparó para que pudiese realizar el viaje y vivir en un nuevo ambiente.
Sandra cumplirá su periodo de cuarentena en la institución zoológica Sedwick County Zoo, en Wichita (Kansas), para finalmente instalarse en el santuario floridano. (I)