Obama ofrece solución pacífica a Putin
Rusia no quiere una segunda ‘guerra fría’
Moscú/ Kiev.- Moscú no quiere una nueva ‘guerra fría’, declaró ayer el portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, tras la agudización de las tensiones con Occidente a raíz del pedido de la península ucraniana de Crimea de unirse a Rusia.
Rusia ‘quisiera evitar’ una ‘guerra fría’, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser interrogado sobre la crisis en Ucrania por el canal de televisión público Rossia 1. “Aún no ha empezado (la ‘guerra fría’) y no empezará”, declaró Peskov, que reconoció no obstante las profundas divergencias de opinión entre Rusia, los países europeos y Estados Unidos sobre Ucrania.
“Subsiste una esperanza de que el diálogo permitirá hallar puntos de acuerdo”, afirmó Peskov. Pero “por el momento, nadie está en medida de predecir sobre qué podríamos ponernos de acuerdo”, reconoció. Sus declaraciones se produjeron en momentos en que, en la escena diplomática, las potencias occidentales y Rusia no han hallado una salida a la crisis ucraniana, que estalló a fines de febrero con la toma de control de Crimea por fuerzas prorrusas y tras la imposición de sanciones diplomáticas y económicas por Washington y la Unión Europa contra Moscú (restringirá los visados y congelará activos).
La noche del jueves, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, a quien ofreció una solución pactada para ‘desescalar’ el conflicto en la región ucraniana.
La conversación telefónica, la segunda que ambos líderes mantienen en menos de una semana, duró una hora, según un comunicado de la Casa Blanca. El plan de Obama contempla el diálogo directo entre los gobiernos de Rusia y Ucrania. También prevé la presencia de observadores internacionales en Ucrania para garantizar la protección de los rusos en este país, que según Moscú viven amenazados.
Gazprom amenaza con cortar el suministro de gas a Ucrania
Comandos prorrusos impidieron ayer el ingreso de observadores internacionales a Crimea, mientras Rusia desafió a Occidente, al abrir los brazos a la posible anexión de esa república autónoma ucraniana y amenazar con cortar el suministro de gas a Ucrania. Una decena de hombres armados, que enarbolaban banderas rusas, bloquearon a 40 observadores militares no armados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que intentaban por segundo día consecutivo entrar en Crimea.
Tras el incidente, que se produjo cerca de la localidad de Chongar, los 2 buses que llevaban a la comitiva dieron media vuelta para regresar a su punto de partida en una zona de Ucrania controlada por el gobierno central de Kiev. Según el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, los observadores no habían obtenido ‘invitaciones oficiales’ de las autoridades de Crimea para entrar en esa península de 2 millones de habitantes, en su gran mayoría de habla rusa.
En Moscú, el Parlamento ruso afirmó que respetará la ‘elección histórica’ de Crimea, donde el 16 de marzo debería celebrarse un referéndum para adherirse a la Federación Rusa. “Apoyaremos la elección libre y democrática de la población de Crimea”, declaró el presidente de la cámara baja rusa, Serguei Naryshkin, en un encuentro con una delegación del Parlamento de Crimea, que convocó esa consulta, impugnada por el Gobierno de Ucrania y por los países occidentales.
Rusia desafió a Occidente al abrir los brazos a la posible anexión de Crimea a su territorio.Rusia, además, no se dejó amedrentar por las primeras sanciones adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea, y amenazó con interrumpir sus exportaciones de gas a Ucrania debido a los impagos. El caso tiene un precedente en 2009, cuando los cortes afectaron al suministro de varios países europeos. Un responsable del grupo público ruso Gazprom recordó que el 7 de marzo era la fecha límite fijada a Ucrania para cumplir con los pagos atrasados, que se elevan a $ 1.890 millones.
Ucrania es una exrepública soviética independiente desde 1991. Rusia le había cedido la soberanía sobre Crimea en 1954, cuando ambas repúblicas formaban parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), pero mantiene allí, en el puerto de Sebastopol, la base de su flota del Mar Negro. Más de 65 mil personas se reunieron ayer en Moscú en un concierto organizado en apoyo a los habitantes de Crimea, anunció la policía moscovita.
La crisis ucraniana se agudizó a fines de febrero con la toma de control de Crimea por fuerzas prorrusas, unos días después de la destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich, aliado de Moscú. Después de muchas dudas, Washington decidió el jueves imponer sanciones diplomáticas y económicas a Moscú.
También Bruselas, donde los jefes de Estado y de Gobierno de la UE recibieron al primer ministro interino ucraniano, Arseni Yatseniuk.