El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó ayer que Moscú tiene “datos irrefutables” de que el supuesto ataque químico del sábado pasado en Duma (Siria) fue un montaje para culpar a Rusia y al régimen de Damasco.

“Tenemos datos irrefutables de que se trata de un nuevo montaje, y que detrás está la mano de los servicios secretos de un país que en estos momentos trata de estar en la vanguardia de la campaña de rusofobia”, señaló Lavrov, en referencia a Estados Unidos y sus aliados, entre ellos Reino Unido, que hace un mes está en crisis diplomática con Moscú por el envenenamiento de los Skripal.

Con respecto a la misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que ya llegó a Siria, Lavrov recalcó que confía en que “se dirijan sin dilación a Duma”, donde especialistas rusos no hallaron ningún rastro del uso de armas químicas”. (I)