¿Ruinas de edificios nazis en la selva argentina?
Una misteriosa construcción de piedra, erigida a mediados del siglo XX en una zona inaccesible y selvática al noreste de Argentina y bautizada con el nombre del criminal de guerra Martin Bormann, despertó la curiosidad de un arqueólogo argentino convencido de que fue pensada como refugio nazi.
"Hay muchísimo material que ya sacamos para estudiar y más para excavar. El análisis de los materiales puede tomar muchos meses. Es posible, incluso, que haya otros edificios que aún no encontramos. Es una zona muy compleja, de mucha vegetación, impenetrable", contó a la AFP el investigador Daniel Schavelzon.
El científico acaba de regresar a Buenos Aires, donde vive, de una expedición de 15 días en la selva de Misiones, provincia limítrofe con Paraguay y Brasil, al noreste de Argentina.
Allí cumplió el sueño de abrir una investigación sobre ese sitio abandonado que le había llamado la atención en anteriores viajes a la zona.
"Este edificio se construyó a mediados del siglo pasado. En esa época nadie llegaba hasta ahí, era todo selva. Habla del secretismo del lugar", contó.
Agregó que se trata de construcciones modernas, no del siglo XVII como las ruinas jesuíticas de San Ignacio que se hallan en la zona.
El pueblo más cercano es San Ignacio y se ubica a 60 km de distancia, pero en aquel momento ni siquiera existía, precisó el arqueólogo.
Aunque es director del Centro de Arqueología urbana (CAU) de la estatal Universidad de Buenos Aires, esas ruinas en medio del Parque Nacional Teyú Cuaré, al sudeste de Misiones, le despertaron una curiosidad menos urbanística y para cuya investigación necesita apoyo financiero que no tiene.
El descubrimiento "nos abre una hipótesis de algo que no teníamos conocimiento. Pudo haber sido una especie de refugio de jerarcas nazis, pensada por si las cosas salían mal en la Segunda Guerra", estimó el científico.
La construcción está hecha "de piedras muy grandes, como se usaban en la zona, con basamentos muy altos, y arriba está la casa, la caseta de vigilancia. Se nota que hay dinero invertido pero no hay materiales importados", describió Schavelzon.
El lugar tiene a su favor "que en cinco minutos estás en otro país, cruzás el río y estás en Paraguay, es un sitio estratégico y bien pensado", agregó.
En esa zona inhóspita por donde no pasa "casi nadie", los lugareños tienen una vida muy dura y son muy reservados. Nadie tiene recuerdos ni relatos sobre la construcción.
La casa Bormann
Según Schavelzon, no hay vestigios de vida cotidiana en el lugar donde sí se encontraron monedas alemanas con símbolos nazi y algunas porcelanas "made in Germany".
El científico infiere que el lugar finalmente no fue utilizado porque los nazis "no necesitaron esconderse en medio de la selva ya que terminaron viviendo en Argentina con impunidad y protección. Tenían pasaportes y hasta utilizaron sus verdaderos nombres", dijo, contrariado.
Un dato que llama la atención es que un cartel atribuye la casa al jerarca nazi Martín Bormann, y así lo cuenta la oficina de turismo local, aún reconociendo que la fuente del dato es muy difusa.
"El mito que Martin Bormann, el más fiel servidor de Adolf Hitler, sobrevivió a la muerte de su jefe y terminó sus días en algún lugar de Sudamérica, lleva más de medio siglo de vigencia y alcanza a la ruina de una casa del actual Parque Provincial del Teyú Cuaré, en San Ignacio", se lee en el portal oficial de turismo de la zona.
El sitio asegura que en una de las paredes de la casa "hay una gran cruz esvástica gastada en el revoque del cemento".
El destino del hombre de confianza de Adolf Hitler fue siempre objeto de controversia. Se lo dio por muerto en 1947 y un analisis genético en 1998 lo habría confirmado, pero testimonios lo ubicaron después de la guerra en Argentina, Bolivia o Paraguay.
Argentina fue durante décadas un santuario de nazis que huían de los tribunales tras la Segunda Guerra (1939-1945), entre los cuales se detectó a Adolf Eichmann -secuestrado en Buenos Aires y luego ejecutado en Israel-, Josef Mengele, Walter Kutschmann, Josef Schwammberger, Ante Pavelic, Dinko Sakic y Erich Priebke.