Rousseff reforma su gabinete ministerial

Por Pablo Giuliano

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha decidido relanzar su gobierno y tender aún más puentes con su principal aliado político, el vicepresidente Michel Temer.

Lo hace, según dicen analistas, para escapar de la fragilidad política frente a la crisis económica y la intentona opositora de iniciarle un juicio político para forzar su renuncia cuando falta poco para cumplirse un año de su reelección.

Este relanzamiento del Gobierno iniciado el 1 de enero es visto por especialistas como el verdadero comienzo del segundo mandato de Rousseff, sobre todo porque decidió cambiar al jefe de ministros, Aloizio Mercadante, por un hombre reclamado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, Jacques Wagner. La influencia de Lula, considerado candidato natural a las elecciones de 2018, ha pesado.

Wagner, exgobernador del estado de Bahía por el Partido de los Trabajadores, dejará el Ministerio de Defensa y asumirá en la Casa Civil (ministerio coordinador) en lugar del cuestionado Mercadante, que volverá a Educación luego de haber tropezado en la articulación política.

La jugada política del Gobierno brasileño incluye reducir, como un mensaje de austeridad frente al recorte de gastos, la disminución de los ministerios (son 39) y otorgarle el mayor presupuesto del país, la cartera de Salud, al aliado Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), del vicepresidente Temer.

El PMDB, que domina las 2 cámaras, quiere aumentar el peso en el gabinete y ganaría 7 ministerios para sellar un pacto de gobernabilidad. El PMDB del vicepresidente Michel Temer tiene una importante porción de diputados ultraconservadores que están en la oposición.

Están comandados por Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, que ha impedido la gobernabilidad de los últimos 5 meses luego de haber pasado abiertamente a la oposición después de intentar extorsionar al Gobierno para que lo proteja de la acusación de haber recibido $ 5 millones de sobornos de una empresa contratista de Petrobras.

Cunha recibió 13 pedidos de juicio político contra la presidenta Rousseff, de los cuales ha archivado tres. La amenaza permanente de que podría viabilizar el juicio político contra Rousseff está disminuyendo con esta reforma ministerial.

Cunha, el principal articulador junto con el opositor Aecio Neves por la desestabilización de Rousseff, pasa momentos de zozobra: la Fiscalía General confirmó que posee cuentas secretas en Suiza a donde se habrían hecho los supuestos pagos de coimas.

En el plano económico, la reducción de la economía, la recesión y el aumento del desempleo son señales, además del escándalo en la estatal Petrobras, son los motivos para que el 69% de la población rechace al Gobierno, de acuerdo a la última encuesta de Ibope divulgada el miércoles pasado. La aprobación del Gobierno se sitúa en 10%.

El ministro de Economía, Joaquim Levy, resistido por los movimientos sociales por aplicar un ajuste al que se califica de tener un tinte neoliberal, espera aplicar con esta nueva articulación política la nueva subida de impuestos al movimiento financiero para evitar el déficit de las cuentas públicas en el presupuesto 2016, que depende del Congreso.

El presidente del PT, Rui Falcao, cree que la reforma ministerial traerá más certezas a los actores económicos. “Lula y yo opinamos que la reforma en el gabinete debe ser un momento de construcción de estabilidad política para que el país pueda retomar sus políticas de crecimiento de la economía, y para eso necesitamos tener la mayoría en el Congreso”, expresó luego de reunirse en Sao Paulo con el exmandatario. (I)