Rousseff está dispuesta a hablar con la oposición

Un día después de que sectores políticos y sociales de la oposición llevaron a las calles a más de un millón de personas para protestar contra su gestión, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se mostró ayer dispuesta a dialogar con ellos, pero a la vez advirtió que se mantendrá “firme” en temas prioritarios.

Así lo expresó en su cuenta de Twitter donde escribió: “El Gobierno tiene la obligación de abrir el diálogo. Al mismo tiempo, el Gobierno debe tener una postura firme sobre lo que creo que es importante”. En  otro ‘tuit’ decía que estaba  “dispuesta a hablar con cualquier persona  que se queja con humildad”.

Previamente el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, aseguró que la convocatoria a ese diálogo es hecha “con humildad”, pues “es fundamental” para el país que “se superen las diferencias, se busquen las convergencias y se construyan las alternativas necesarias para actuar bien en los campos económico y político”.

“Reconocemos el carácter democrático de las manifestaciones” y “reafirmamos que el Gobierno está enteramente dispuesto al diálogo” con todos los sectores políticos y sociales, “los que lo apoyan y los que están en contra”, expresó Cardozo.

Cerca de 1,7 millones de manifestantes salieron a las calles de Brasil el domingo a protestar contra Rousseff. Muchos de ellos pidieron su impeachment (destitución), pero expertos jurídicos aseguran que esa posibilidad es remota y no hay elementos que permitan llevarla adelante.

“Es un reclamo de la calle, no es jurídico ni político. No están ni siquiera presentes las condiciones jurídicas para hacer un impeachment. No hay delito ni improbidad administrativa de Rousseff”, dijo Michael Mohallem, profesor de la facultad de Derecho de la universidad privada Fundación Getulio Vargas.