Los grandes medios del país estarían alineados con la oposición
Rousseff crea la plataforma ‘Dialoga Brasil’, vínculo entre la sociedad y el gobierno
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, relanzaría hoy su gestión, en busca de apoyo y consenso frente a las iniciativas destituyentes y el malhumor entre sectores de la oposición.
Varios políticos acusan a Rousseff de falta de respuestas al ajuste fiscal que realiza desde que asumió, el 1 de enero pasado, su segundo mandato.
Hoy tendrá un encuentro clave con los 27 gobernadores de la federación para discutir asuntos de cuentas fiscales y, a la vez, dar una muestra de robustez de los poderes ejecutivos del país ante el gran foco opositor que recibe el Partido de los Trabajadores (PT).
Se trata del presidente del Congreso, Eduardo Cunha, quien decidió pasar a las filas que combaten abiertamente al gobierno de Rousseff.
“Existen intereses comunes entre el gobierno federal y los gobernadores, que es retomar el crecimiento de la economía, más allá de las divergencias partidarias. Existe una preocupación de varias autoridades con la gobernabilidad”, dijo el ministro de Aviación Civil y articulador político del gobierno, Eliseu Padilha.
La mandataria enfrenta su peor crisis de popularidad, según las encuestas, con índices por debajo del 10%, en medio de un período de retracción de consumo, panorama de recesión y un ajuste fiscal que fue revisado porque aún no dio los resultados esperados.
Como contexto aparece el escándalo de corrupción vinculado a Petrobras que ahora se amplió a la empresa estatal Electronuclear, con la prisión del “padre del programa nuclear brasileño”, almirante Othon Da Silva, sospechado de recibir sobornos de una empresa constructora.
Según dijo Rousseff a sus ministros, la investigación de la operación “Lava jato” y el cese de los contratos entre empresas estatales y constructoras ha causado la pérdida de un punto en el Producto Interno Bruto de 2015.
En ese contexto, la oposición derechista ha reunido a los ultras de los movimientos que reclamaban el juicio político de la mandataria y hasta el regreso de la dictadura con el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Este representa al derrotado candidato presidencial y senador Aecio Neves, que adhirió a una marcha para el 16 de agosto en la que pedirá el “Fuera Dilma”.
La reunión con los gobernadores ha dividido a la oposición. De un lado, Neves, presidente del PSDB, dijo que el encuentro “no será un apoyo a Dilma, que tanto mal le hizo a los estados y municipios”. Neves perdió el control del segundo estado del país, Minas Gerais.
Entre los líderes del PSDB que acudirán a la reunión están los gobernadores de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, precandidato para 2018, y de Paraná, Beto Richa.
Richa se ha plantado contra Neves. Calificó que faltar a la reunión convocada por la mandataria “sonaría a boicot” y que la situación es que todos los poderes ejecutivos “son afectados con la recaudación fiscal en baja”.
El gobernador de Paraná, en medio de una presión social por la represión policial a una manifestación a docentes, dijo que no está de acuerdo con el apoyo del PSDB determinado por Neves a la manifestación del 16.
“Creo que no es necesario para que no se interprete de forma indebida, puede parecer un revanchismo”, sostuvo Richa, que defendió que las manifestaciones “continúen en forma espontánea”.
Los gobernadores del noreste, la región donde se concentra la mayor cantidad de electores del Partido de los Trabajadores (PT) han dado un apoyo explícito a Rousseff.
El primer gobernador comunista de Brasil, Flavio Dino, de Maranhao, opinó que Dilma debe “apoyarse en las administraciones estaduales” y defendió un bloque de izquierdas, similar al Frente Amplio de Uruguay. Dino es del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), aliado histórico de las presidencias de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y de Rousseff.
En el corazón del gobierno se intenta dar alguna iniciativa frente a la agenda instalada por los grandes medios, claramente alineados con la oposición.
La mandataria ha lanzado en el Palacio del Planalto (sede del gobierno) una plataforma digital llamada “Dialoga Brasil” para entablar lo que llamó una nueva relación entre la sociedad y el gobierno nacional.
“El debate tiene mejor calidad cuando se parte del conocimiento común, compartido entre todos, con ideas, sugerencias, críticas. Es muy difícil gobernar un país de las dimensiones de Brasil sin escuchar a las personas”, declaró.
Se manifestó abierta a la crítica. “Hay que escuchar al ciudadano que está apuntando cosas malas. Entiendo las resistencias, pero es necesario percibir que la crítica no es contra lo que hicimos sino para mejorar, para ir más allá de lo que fue realizado”, completó Rousseff en su discurso sobre el nuevo canal de debate. (I)