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El Telégrafo
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Retos económicos y silencio de Raúl Castro marcan Día de la Rebeldía Nacional

Retos económicos y silencio de Raúl Castro marcan Día de la Rebeldía Nacional
26 de julio de 2011 - 11:45

El presidente de Cuba, Raúl Castro, encabezó hoy el acto central por el Día de la Rebeldía Nacional pero no pronunció discurso alguno en una emblemática efeméride revolucionaria marcada de nuevo por los retos económicos que exige la "actualización" del modelo socialista.

El general Castro asistió a la Plaza Máximo Gómez de la ciudad de Ciego de Ávila (a 430 kilómetros al este de La Habana) vestido de guayabera blanca y dispuesto a entregar diplomas a las provincias destacadas por sus logros económicos pero, al igual que en 2010, delegó en su vicepresidente José Ramón Machado Ventura la intervención principal del acto.

Con dos años seguidos sin hablar en esta celebración, el general Raúl Castro parece marcar una nueva tradición en la conmemoración del fallido asalto al cuartel de Moncada que lideró su hermano Fidel y que se considera la fecha de inicio de la revolución cubana.

Pese a su silencio, las principales líneas de la política del presidente cubano estuvieron presentes en los discursos de Machado y del primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) en Ciego de Ávila, Jorge Luis Tapia, quien fue el otro orador del acto.

Ambos coincidieron en resaltar la necesidad de trabajar en la "batalla económica" con "orden, disciplina y exigencia", en sendas intervenciones sin grandes anuncios ni novedades y donde apenas hubo alusiones al bloqueo económico de Estados Unidos a la isla, un tema que suele ser recurrente en este tipo de conmemoraciones.

El vicepresidente Machado destacó que los "lineamientos" económicos aprobados por el VI Congreso del PCC son la "brújula" de la actualización económica, llamó a romper "la mentalidad de la inercia" y aseguró que los ajustes se implementarán "sin prisas pero sin pausas".

"No estamos poniendo parches ni improvisando, sino buscando soluciones definitivas a viejos problemas, con pies y oídos bien puestos sobre la tierra, muy atentos a la opinión de la gente, listos para rectificar sobre la marcha, ajustar el ritmo y adoptar nuevas decisiones", afirmó.

Machado también insistió en la necesidad de combatir la indisciplina, las actitudes burocráticas, la deficiente contabilidad, el derroche y los gastos superfluos en todos los sectores del país.

Para el Gobierno de Cuba sigue siendo prioritario también la producción de alimentos (la isla compra en el exterior el 80 % de los que consume), según dijo Machado, quien admitió "deficiencias" y "debilidades" en el programa de entrega de tierras ociosas en usufructo planteado para aumentar la producción agropecuaria en el país.

El también segundo secretario del PCC dedicó parte de su discurso a recordar que la organización celebrará en enero de 2012 una Conferencia Nacional en la que se abordarán "muchos cambios" en cuanto a los métodos y estilos de trabajo del partido.

Dentro de la Conferencia se prevé además analizar el papel del PCC en la "dirección y control sistemático del proceso de actualización" del modelo cubano, incluyendo "dejar atrás los prejuicios contra el sector no estatal de la economía".

En materia internacional, el vicepresidente deseó éxitos al presidente electo de Perú, Ollanta Humala, y consideró que su próxima toma de posesión es un ejemplo de que continúa "el avance de las fuerzas progresistas" en la región.

Además, significó que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) constituye "una prueba fehaciente" de cuánto se puede hacer promoviendo los elementos que unen y desde el respeto absoluto a la soberanía de cada país.

A inicio del acto se leyó un mensaje del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para exaltar la celebración del 26 de julio cubano.

Chávez, quien regresó el pasado sábado a Caracas tras haber recibido en Cuba tratamiento de quimioterapia, calificó el alzamiento como "una de las gestas más paradigmáticas de América".

Como es habitual en este tipo de celebraciones, miles de personas se congregaron en la plaza Máximo Goméz de Ciego de Ávila (a unos 430 kilómetros al este de La Habana) para conmemorar la efeméride. EFE

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