El alto representante de Reino Unido visita Ecuador para oxigenar las relaciones diplomáticas entre ambos países, que hace ocho años se vieron afectadas por el caso Julian Assange.

¿Las relaciones entre Ecuador y Reino Unido están plenamente restablecidas?

Sí, las relaciones han sido complemente restablecidas debido a que se resolvió el asilo de Julian Assange. Vine a agradecerle personalmente al presidente Lenín Moreno por su ayuda para solventar este asunto que nos concernía, pero lo más importante es acentuar este momento de las relaciones bilaterales entre nuestros países.

¿Qué opinión tiene de Assange?

Él no es un periodista respetable. Abusó del acceso a documentos clasificados para su propio beneficio.

Reino Unido se comprometió a no extraditarlo a un país donde se aplique la pena de muerte, pero la petición de EE.UU. ya está en análisis judicial. ¿Cuáles son los posibles escenarios?

Es importante aclarar que él puede ser extraditado a EE.UU. solo si Reino Unido recibe una garantía completa y políticamente vinculante de que no se aplicará la pena de muerte. Es nuestra política de Estado. Es importante esta distinción.

¿Las filtraciones sobre los documentos del embajador de Londres afectaron las relaciones con Washington?

Fue un momento desafortunado, pero eso nos vuelve al señor Assange. WikiLeaks hace ocho años filtró los cables diplomáticos, pero el embajador se mantuvo en el cargo. Ahora lamentamos que el presidente (Donald Trump) se haya enfadado, lo cual hizo que la posición del embajador se volviera insostenible. La culpa es de la persona que filtró la información, que deberá ser castigada.

¿Es preciso una regulación global más severa para sancionar las filtraciones?

Para funcionar los gobiernos necesitan tener confianza en el flujo de las comunicaciones. Las sanciones deberían ser más severas, sobre todo cuando se trata de filtraciones de documentos que tienen clasificación de carácter confidencial. (O)