Los presos ganan $1 la hora, frente a los 17,70 que se paga a un profesional
Reclusos-bomberos de California combaten los feroces incendios
Alejandro Rangel acaba de quedar en libertad y su plan es mantener el oficio que tenía en prisión: bombero forestal.
Integró más de dos años una de las 200 cuadrillas de bomberos-reos que en el verano y otoño boreal pasan más tiempo combatiendo las llamas en los bosques de California que tras las rejas.
Esta semana, por ejemplo, 550 reclusos fueron enviados a la región del vino, donde violentos incendios se propagan de forma descontrolada y han dejado más de 30 muertos, miles de evacuados y barrios enteros destruidos.
En la cárcel son presos, pero afuera son bomberos, como cualquier otro. No hay esposas o cadenas, ni siquiera hay custodios: los distingue el traje naranja y la palabra “recluso” estampada en una pierna del uniforme, y la paga que reciben.
Por arriesgar la vida en la línea de fuego ganan $ 1 la hora, contra un mínimo promedio de $ 17,7/hora para un bombero profesional.
Su principal trabajo es evitar que las llamas se propaguen, cortando árboles con sierras eléctricas y cavando canales con picos y arados en el pasto, alrededor del fuego, para contenerlo.
Alejandro, de 25 años, sueña con trabajar como operador de motosierra.
Trabajo en equipo, disciplina, rehabilitación: son palabras que se repiten una y otra vez los reclusos que la agencia AFP entrevistó bajo atenta vigilancia. (I)