Rebelión policial causa anarquía en Argentina
Saqueos a comercios y supermercados, robos a peatones y rondas de vecinos armados custodiando sus viviendas fue la postal de violencia que sacudió, desde el martes en la noche, en la ciudad de Córdoba, capital de la rica y turística provincia homónima en el centro de Argentina. Dos personas murieron -un joven de 20 años baleado y un anciano de 85 víctima de un ataque cardíaco durante un asalto- y decenas fueron detenidas.
El alcalde cordobés, Ramón Mestre, dijo que 110 personas resultaron heridas de bala, 11 de ellas en estado reservado. La causa: un acuartelamiento policial en reclamo de mejoras salariales que dejó a las calles de la capital provincial sin custodia y derivó en una crisis política entre el gobierno provincial del peronista opositor José Manuel de la Sota y el ejecutivo nacional de Cristina Fernández de Kirchner.
La ciudad quedó envuelta en el caos después de que bandas descontroladas, y bajo total impunidad, saquearon cuanto comercio tenían por delante ante la ausencia total de agentes policiales. La tensión generó escenas de miedo, asaltos a mano armada en la vía pública y vecinos que se organizaron y hasta armaron barricadas para cuidar sus barrios. Unos 20 supermercados y comercios fueron saqueados, así como locales de venta de motos, de indumentaria y hasta un comedor de la red Cáritas. Las escuelas amanecieron ayer cerradas y el transporte público suspendido. Tampoco hubo expendio de combustible en las gasolineras y el panorama era de una ciudad fantasma tras horas de extensa tensión, con bandas de saqueadores merodeando en las zonas comerciales.
“Si vuelven disparale”, le recomendó un policía al comerciante Ramiro Ferrer, dueño del negocio Car Music, saqueado durante la noche y que se había atrincherado en su negocio. “La bronca es que acá no es hambre ni necesidad. Han hecho daño. Han lastimado 19 años de laburo (trabajo) en 10 minutos”, dijo Ferrer a Cadena 3 de Córdoba. “Esto es un desastre... En 2001 (durante los saqueos en la peor crisis socioeconómica del país) había hambre, pero esto es destrozo”, apuntó.
Los heridos sumaron 250 y los detenidos unos 60, según informes del Gobierno Nacional.
La escena se repitió en varios puntos de la capital provincial. Incluso, “hinchas” armados tomaron los techos de la sede del club Instituto, de la segunda división del fútbol argentino, para evitar que el edificio fuera saqueado. Una mujer joven se apostó frente a la sede con un cuchillo para amedrantar a los atacantes.
Los heridos sumaron 250 y los detenidos unos 60, según informes oficiales. El Gobierno Nacional decidió enviar unos 2.000 efectivos de gendarmería (fuerza de seguridad de fronteras) para controlar la situación después de un áspero cruce entre el ejecutivo cordobés y el nacional.
De la Sota, un férreo opositor a la presidenta aunque comparte el mismo signo político y que siempre ha tenido aspiraciones presidenciales, solicitó vía telefónica, por carta, a través de declaraciones a la prensa y en su cuenta de Twitter el envío de efectivos de gendarmería. En un principio, el pedido fue negado por el jefe de gabinete nacional, Jorge Capitanich.
“La gendarmería es una fuerza de seguridad nacional con responsabilidad en todo el territorio. A De la Sota se lo digo como gobernador electo de Chaco (frontera con Paraguay): yo nunca tuve un acuartelamiento policial, siempre he tenido un monitoreo de la situación. Por eso creemos que es un tema de incumbencia estrictamente del gobernador de la provincia”, aseveró. Capitanich es el actual gobernador chaqueño con pedido de licencia tras ser designado jefe de gabinete.
Sin embargo, poco después, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, anunció el envío de un contingente de 2.000 efectivos “antitumultos” de Gendarmería Nacional para combatir los saqueos en Córdoba. Pero también lanzó dardos contra el gobierno provincial afirmando que este “es un papelón más al que nos tiene acostumbrado” De la Sota.
Después del mediodía, y tras nuevos saqueos a comercios, el gobernador anunció un acuerdo con los policías acuartelados. “Vamos a reconstruir la ciudad” y detener a los saqueadores, prometió.
“En Córdoba no hubo un estallido social, operaron bandas de delincuentes organizadas que aprovecharon la protesta policial”, dijo De la Sota y lanzó un duro ataque al Gobierno Nacional. En el resto del país la situación estaba tranquila.
