El presidente de Cuba, Raúl Castro, calificó como un diálogo de alto nivel al que mantuvo con el presidente de EE.UU., Barack Obama, con quien afirmó que mantuvo ayer una conversación telefónica.

De este diálogo se concretó la liberación de Alan Gross, por parte de Cuba y de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, por parte de EE.UU. 

"Esta decisión del presidente Obama merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo", comentó Castro.

El presidente de Cuba dijo que "se avanzó en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones". Agregó que hubo "un diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana para tratar los más diversos temas de forma recíprocra, sin menoscabo de independencia nacional y autodeterminación de nuestro pueblo".

Comentó que "el heróico pueblo cubano ha demostrado frente a grandes peligros, agresiones, adversidades y sacrificios que es y será fiel a nuestros ideales de independencia y justicia social".

Enfatizó que los 3 ciudadanos cubanos, que fueron condenados a cadena perpetua, regresaron a su país y se reencontraron con sus familiares, así como ratificó la liberación de Alan Gross, quien permanecía en ese país.  "Arribaron hoy Gerardo, Ramón y Antonio. La enorme alegría de sus familiares y de todo nuestro pueblo que se movilizó infatigablemente hacia ese objetivo se extiende entre los cientos de comité y grupos de solidaridad, los gobiernos, parlamentos, organizaciones, instituciones y personalidades, que durante estos 16 años reclamaron e hicieron derrogados esfuerzos por su liberación", acotó.

"Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto", dijo, pues agregó que el bloqueo económico, comercial y financiero, "que provoca enormes daños humanos y económico a nuestro país, debe cesar"

Afirmó que aunque la medida del bloqueo ha sido convertida en ley, "el presidente de los EE.UU. puede modificar su aplicación en uso de sus facultades Ejecutivas".

Por ello propuso al gobierno de EE.UU. adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre ambos países, "basados en los principios del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas".

Cuba reiteró su predisposición a sostener cooperación en los organismos multilaterales como la Organización de Naciones Unidas.

Castro comentó que "al reconocer que tenemos profundas diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política interior, reafirmo nuestra voluntad de dialogar sobre todos estos temas".

Exhortó al gobierno de EE.UU. a remover los obstáculos que impiden o restringen los vínculos entre ambos pueblos, "las familias y los ciudadanos de ambos países, en particular, lo relativo a los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones".

Dijo que "los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas".

El Mandatario cubano concluyó su intervención diciendo que "debemos aprender el arte de convivir de forma civilizada con nuestras diferencias".

Agregó que sobre estos "importantes temas volveremos a hablar más adelante".

La prisión de Gross, según autoridades norteamericanas, era el principal obstáculo para un acercamiento entre los dos países.