Ramonet criticó la “miopía política” de la UE respecto a las revoluciones árabes
El ensayista y catedrático español, Ignacio Ramonet, criticó hoy la "torpeza" y la "miopía" de la Unión Europea (UE) ante las revoluciones que se están desarrollando en el mundo árabe.
Ramonet, que participó en la primera jornada del Mediencounter, encuentro de blogueros del Mediterráneo, organizado por Casa Mediterráneo en la localidad española de Jávea, incidió en el hecho de que la UE "aún no ha puesto en marcha un gran plan Marshall de ayuda a esos países que están desarrollando cambios democráticos, en particular Túnez y Egipto".
"Lo que sí se hizo con los países del antiguo bloque comunista tras la caída del Muro de Berlín no se está haciendo en el norte de África", manifestó Ramonet, quien ejerce la docencia en la universidad parisiense de La Sorbona y ha sido director de la revista "Le Monde Diplomatique".
"Si esos países no reciben ayudas" -indicó el ensayista español-, experimentarán un sentimiento de desesperanza de la democracia, "aumentará la inmigración ilegal y con ella el auge de la extrema derecha en Europa. Por consiguiente -recalcó-, ayudar a estas nuevas democracias es ayudar a nuestras democracias".
A juicio de Ramonet, en Europa "hay un problema de torpeza y de miopía política" con respecto a lo que está aconteciendo en el mundo árabe, porque "los gobernantes en Europa gobiernan a corto plazo, no tienen una visión geoestratégica a largo plazo".
En opinión de Ramonet no cabe más que una salida de carácter político en Libia: "Habrá que gobernar con los gadafistas pero sin Gadafi".
En este sentido, incidió en que una solución viable para Libia sería que Gadafi abandonara el poder y las distintas facciones pactaran una solución tendente a una apertura democrática.
Ramonet equiparó en importancia el proceso revolucionario iniciado en el Mundo Árabe con el que se produjo a la caída del Muro de Berlín.
Según el ensayista español, "nos encontramos ante la tercera gran ola de democratización" generada en el mundo en los últimos 40 años, considerando la primera el acceso a la democracia que entre mediados de los años 70 y primeros 80 del siglo XX vivieron países como Portugal, España, Grecia o Turquía, y la segunda como el proceso a que dio lugar la caída del Muro y la desaparición de la URSS.
En esta oleada de cambios las nuevas tecnologías han desempeñado un papel fundamental, refirió el español.
"En una dictadura, por mucha oposición que haya, los servicios de seguridad, el aparato represivo del régimen, controlan al ciudadano que sale a la calle. Las redes sociales, sin embargo, han permitido localizar a la gente y han sido capaces de convocarla. El estado represor no puede reprimir a miles de individuos" que se movilizan de esa manera y a esa velocidad, afirmó Ramonet.