Rajoy, el político tranquilo que debe sacar a España de su peor crisis
Mariano Rajoy, el líder del conservador Partido Popular (PP) que hoy ganó las elecciones en España, es un político con fama de tranquilo y resistente, que afronta el difícil mandato que le dieron las urnas de sacar al país del abismo de la crisis económica.
Tras dos derrotas electorales consecutivas y casi ocho años en la oposición, en los que a base de resistencia sobrevivió a las duras luchas internas dentro de su partido en las que su liderazgo fue duramente cuestionado, Rajoy se convertirá en el sexto presidente del Gobierno de la democracia española.
Y será el presidente con más poder, al contar con una amplia mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados de España, que sumará al dominio regional de su partido en la mayor parte de las comunidades autónomas españolas y municipios.
Natural de Galicia, en cuya capital Santiago de Compostela nació hace 56 años, Mariano Rajoy estudió derecho y comenzó su carrera política como concejal y diputado autonómico gallego.
Llegó a la política nacional de la mano de José María Aznar después de que el PP, fundado por Manuel Fraga, ganará las lecciones de 1996.
Fue ministro de Administraciones Públicas, Educación, de la Presidencia, del Interior y portavoz del Ejecutivo, lo que le convierte en uno de los políticos españoles con mayor experiencia de gobierno.
Aznar le eligió como sucesor y todo parecía encauzado para que en 2004 ganara las elecciones frente a un casi desconocido candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, con las encuestas a su favor.
Pero, el 11 de marzo de ese año, solo tres días antes de las elecciones, todo cambió de repente, incluido su futuro inmediato, al ser atacados cuatro trenes de cercanías en Madrid por terroristas yihadistas, en unos atentados que conmocionaron a España al causar 191 muertos y casi 2.000 heridos.
Rajoy perdió por primera vez las elecciones y se convirtió en jefe de la oposición con Zapatero al frente del Gobierno.
Las primeras dudas en torno a su liderazgo surgieron ya entonces en las filas populares, pero no fue hasta cuatro años después, en marzo de 2008, cuando crecieron hasta convertirse en crisis interna a raíz de su segunda derrota frente a Zapatero.
Esa noche electoral, en el balcón de la sede de su partido en el centro de Madrid donde hoy apareció triunfante, daba una imagen de desolación.
Pero resistió, apoyado en un reducido grupo de fieles colaboradores, principalmente dos mujeres, María Dolores de Cospedal, "número dos" del partido y en la actualidad presidenta regional de Castilla La Mancha, y Soraya Sáenz de Santamaría, su portavoz parlamentaria.
Lector de novela histórica, es muy aficionado al deporte, en especial al ciclismo y al fútbol -seguidor confeso del Real Madrid-, dos de sus grandes pasiones, junto a la de fumar cigarros habanos.
Está casado con Elvira Fernández, gallega como él, y es padre de dos niños.
Le gusta definirse a si mismo como un hombre de gustos sencillos, orgulloso de ser español y gallego, y que devolverá "la confianza" en España.
En la noche de su triunfo electoral arrollador, fue comedido en sus palabras y prometió "ser el presidente de todos y anteponer el interés general".
"Gobernare al servicio de España y de los españoles. Nadie tiene que sentir inquietud alguna", dijo, para enumerar sus enemigos: "el paro, el déficit, la deuda y el estancamiento económico".
Y citó las que considera que son sus fortalezas "el trabajo, la seriedad y la constancia", que confía servirán "para que más pronto que tarde empecemos a ver los frutos".