Radiactividad en planta nuclear sube 10 mil veces
La compañía Tepco, operadora de la central nuclear de Fukushima I, encontró niveles de radiación 10.000 veces superiores a los límites legales en aguas subterráneas de la planta, según la prensa japonesa, al cumplirse tres semanas del terremoto y tsunami que destruyeron el noreste del país asiático.
Esta crisis que no cesa generó que los japoneses salieran ayer a las calles en la ciudad de Tokio para reclamar contra la energía nuclear, la política de información del gobierno japonés, y la gestión de Tepco (Tokio Electric Power).
Portavoces de la operadora indicaron ayer que se detectó el isótopo radiactivo yodo-131 en muestras de agua subterránea en la central, cuyos 4 de sus 6 reactores resultaron averiados por el sismo y tsunami, y sus proximidades. “Es una cifra extremadamente alta”, señalaron.
La contaminación en el agua se localizó en torno al edificio que alberga la turbina del reactor número 1 de la central, sobre la que se ha establecido un área de evacuación de 20 kilómetros que las autoridades han descartado ampliar pese a las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) por los niveles de radiación encontrados en zonas alejadas.
Lo que sí hicieron fue pedir ayuda a Francia y Estados Unidos para combatir la fuga radiactiva. Los expertos solicitados se encuentran en camino.
La radiactividad del agua subterránea triplica los niveles que anunciaron ayer las autoridades sobre el yodo radiactivo hallado también en el mar cerca de la central. Tepco dio a conocer que un nivel de yodo radiactivo 4.385 veces superior a la norma legal, en aumento en relación al miércoles (3.355), fue medido en el agua de mar recogida a 300 metros al sur de la central accidentada (noreste de Japón).
Se trata del nivel medido de yodo- 131 más alto desde que comenzó la catástrofe tras el sismo que deja hasta el momento 11.417 muertos y 16.273 desaparecidos.
El nivel de yodo era 1.250 veces superior a la norma legal el sábado, 1.850 veces superior el domingo. El nivel decayó al comenzar la semana y aumentó fuertemente el miércoles a 3.355 veces superior a la norma.
Según la operadora de la central, y la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, esta radiactividad en el mar se diluye con las mareas y el riesgo en las algas y los animales marinos no es importante.
Pero de acuerdo con otros especialistas, estas fugas radiactivas al océano, que no tendrán consecuencias mayores a escala planetaria, podrían tener un impacto notable, quizás durable, en la vida marina delante de la central.
Mientras tanto, los esfuerzos de los operarios para drenar el agua contaminada se complica, en medio de la preocupación por la filtración de radiaciones.
El agua extremadamente radiactiva que encharca cuatro de los seis reactores de la central dificulta mucho las operaciones para activar su sistema de refrigeración, bloqueado desde que el tsunami inutilizó los generadores de emergencia.
Está previsto que cerca de 600 toneladas de agua que se encuentran en un túnel de la unidad 1 sean trasladadas a un tanque próximo a la unidad 4, pero todavía no hay un plan de drenaje para evitar que se inunden zonas de los reactores 2 y 3, informó la televisión pública NHK.
Mientras tanto, las autoridades de Estados Unidos han aumentado la supervisión en producción de lácteos de todo el país después de hallar bajos niveles de radiación de la siniestrada central japonesa en una muestra de leche tomada en Spokane (Washington).
El Departamento de Salud de California también confirmó el hallazgo de rastros de radiación en la leche, informaron ayer medios locales.
El Gobierno de México consideró imposible que la radiactividad tenga algún efecto negativo en su país, mientras que las autoridades sanitarias brasileñas supervisarán también la radiación en alimentos provenientes de Japón.