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El sumo pontífice visita a fidel castro en su residencia

“Quien no vive para servir, no sirve para vivir”

El papa mantuvo una reunión con Fidel Castro por más de 30 minutos en La Habana. Foto: AFP
El papa mantuvo una reunión con Fidel Castro por más de 30 minutos en La Habana. Foto: AFP
21 de septiembre de 2015 - 00:00

Agencias AFP, ACI Prensa y Prensa Latina

El papa Francisco se encontró ayer con los cubanos en una emotiva misa en la Plaza de la Revolución, tras la cual visitó al líder Fidel Castro en su residencia.

Acompañado de una alegre música interpretada por una gran orquesta y un imponente coro, el Pontífice explicó que “los discípulos (de Jesús) discutían quién ocuparía el lugar más importante, quién sería seleccionado como el privilegiado. Eran los discípulos, los más cercanos a Jesús y discutían sobre eso. Quién estaría exceptuado de la ley común, de la norma general, para destacarse en un afán de superioridad sobre los demás. Quién escalaría más pronto para ocupar los cargos que darían ciertas ventajas. Jesús les trastoca su lógica diciéndoles sencillamente que la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo. Es decir, sirviendo”.

El papa Francisco explicó que servir significa “cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar. Amor que se plasma en acciones y decisiones. Amor que se manifiesta en las distintas tareas que como ciudadanos estamos invitados a desarrollar”.

“Son personas de carne y hueso, con su vida, su historia y especialmente con su fragilidad, son las que estamos invitados por Jesús a defender, a cuidar y a servir. Porque ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos. Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles”.

Francisco advirtió luego sobre un tipo de servicio que no es el de Jesús: “Hay un ‘servicio’ que sirve; pero debemos cuidarnos del otro servicio, de la tentación del ‘servicio’ que se sirve de los otros. Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los ‘míos’, en nombre de lo ‘nuestro’. Ese servicio siempre deja a los ‘tuyos’ por fuera, generando una dinámica de exclusión”.

El Papa también pidió “cuidarnos de la mirada enjuiciadora y animarnos a creer en la mirada transformadora a la que nos invita Jesús. Este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo, por el contrario, pone en el centro la cuestión al hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su ‘projimidad’ y hasta en algunos casos la padece y busca su promoción como ser humano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”.

Tras recordar la vocación del pueblo de Cuba que “tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas” y que “sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza a pesar de las heridas”, el Pontífice invitó a los fieles a cuidar esa vocación, a que cuiden los dones que Dios ha regalado. “Pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos”.

“No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado. Nosotros conocemos, somos testigos de la fuerza imparable de la resurrección, que provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo”.

Para concluir, el Papa exhortó a no olvidar “la Buena Nueva de hoy: la importancia de un pueblo, de una nación; la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de sus hermanos. En eso encontramos uno de los frutos de una verdadera humanidad. Porque, queridos hermanos: Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.

Reunión con Fidel

Después de la misa, el papa se dirigió a la residencia de Fidel Castro, de 89 años, donde ambos sostuvieron “un encuentro muy familiar, muy informal” en presencia de la esposa del líder máximo, Dalia Soto del Valle, así como sus hijos y nietos, informó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.

“El Papa fue con un pequeño grupo a la residencia del Comandante”, señaló Lombardi, al precisar que él mismo no estuvo presente en el encuentro.

En su reunión, abordaron algunos temas de actualidad internacional, como los daños al medio ambiente. Francisco y Fidel intercambiaron regalos, que consistieron en algunos libros y discos.

“En particular, el Comandante donó al Papa el libro Fidel y la religión con una dedicatoria: ‘Para el papa Francisco, por su fraternal visita a Cuba’”, indicó Lombardi.

Manifestantes intentaron causar incidentes

Antes de la misa, tres opositores fueron detenidos, cuando comenzaron a gritar consignas contra el Gobierno en momentos en que llegaba Francisco en el papamóvil.

Los detenidos pertenecen a la Unión Patriótica de Cuba, un grupo opositor activo en el oriente de la isla, dijo el líder de este movimiento, José Daniel Ferrer, quien sostuvo que “fueron a la plaza para denunciar la represión”.

La visita de Francisco a Cuba es la primera etapa de una gira que le llevará también a Estados Unidos, a partir del próximo martes.

El Papa argentino es reconocido por haber mediado secretamente en el restablecimiento de las relaciones entre esos dos enemigos de la Guerra Fría que ahora ya tienen relaciones diplomáticas. (I)

Pedido por la paz y la reconciliación en Colombia

Durante la misa campal, el papa Francisco se pronunció a favor de la paz en Colombia y por conseguir que los hijos de ese país construyan una nueva sociedad.

Al responder a las palabras del cardenal Jaime Ortega durante la celebración de la misa, el Sumo Pontífice pidió que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado, unida a la de Jesucristo en la Cruz, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en Cuba, para una definitiva reconciliación.

Pidió que, con la voluntad de todos los colombianos, se transforme la larga noche de violencia y dolor en un día sin ocaso de concordia, justicia, fraternidad y amor, en el respeto de la institucionalidad y el derecho nacional e internacional para una paz duradera.

“Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”, agregó.

De modo especial, el Papa pidió por los que han perdido la esperanza y no encuentran motivos para seguir luchando, por quienes sufren la injusticia, el abandono y la soledad, por los ancianos, los enfermos, los niños y los jóvenes, por todas las familias en dificultades, para que la madre de Dios les devuelva la esperanza y la alegría.

Agradeció los pronunciamientos del cardenal Ortega y de los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos; además, saludó al presidente Raúl Castro y a todas las autoridades presentes. (I)

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