El día de la victoria se conmemoró con un imponente desfile con 16.000 soldados, 194 vehículos y 143 aviones
Putin: “El bloqueo militar gana impulso”
Con una fotografía de su padre, quien combatió en el frente y sobrevivió a la guerra de 1945, el presidente ruso Vladimir Putin acompañó en primera fila la marcha por la céntrica avenida de Tverkaya, hasta el Museo Histórico Estatal, a la entrada de la Plaza Roja.
Según la policía moscovita, más de 170 mil personas participaron en la acción patriótica que comenzó por primera vez en 2012, en la ciudad siberiana de Tomsk, y consiste en dar a conocer a héroes hasta hace poco anónimos en la Gran Guerra Patria, con sus fotografías y relatos de parte de familiares y amigos. Fue un día histórico para Rusia y más de 30 jefes de Estado que asistieron.
Putin dispuso por decreto recientemente que el Regimiento Inmortal desfilara este año por la Plaza Roja después de la parada militar por el aniversario 70 de la victoria sobre el fascismo en la IIGuerra Mundial.
Desde la Plaza Roja, Putin en su discurso aseguró que Washington trata de crear un “mundo unipolar, donde EE.UU. controle la política externa de los países”.
A la conmemoración del Día de la Victoria, que incluyó un imponente desfile con 16.000 tropas, no asistieron líderes del llamado ‘Occidente’, en especial aliados de Estados Unidos como Inglaterra, Francia o Alemania. Pero a la ceremonia no le faltaron invitados. El líder chino Xi Jinping estuvo en el podio principal junto a Putin.
Xi Jinping entregó medallas a los veteranos rusos que ayudaron a China a derrotar a Japón. Además de esta acción cargada de simbolismo, el presidente chino firmó pactos comerciales con Putin y ambos países acordaron desarrollar una ruta comercial a lo largo de la antigua ruta de la seda e incrementar los préstamos chinos a firmas rusas, según informó la cadena británica BBC.
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También asistieron los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Raúl Castro; de Sudáfrica, Jacob Zuma; de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, entre otros.
En su discurso Putin no solo rindió tributo a las tropas soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también agradeció a los pueblos y gobiernos de Gran Bretaña, Francia y EE.UU.
Eso sí dejó en claro su postura frente a las sanciones impuestas sobre Moscú, a las que consideró injustas y desproporcionadas. “En décadas recientes, los principios internacionales de cooperación han sido cada vez más ignorados. Estamos viendo que el bloqueo militar gana impulso”, agregó el líder en referencia a los esfuerzos de EE.UU. y sus aliados de la OTAN de rodear a Rusia militarmente.
Un desfile con 16.000 tropas
“Nosotros, el ejército del pueblo”, fue una de las baladas de la guerra interpretada por la orquesta militar del Regimiento de Moscú, con la cual se despidió a la técnica militar, unos 200 medios de combate que transitaron por los adoquines de la majestuosa plaza moscovita.
Desfilaron en formaciones militares compactas más de 16.500 uniformados, incluidos destacamentos con sus estandartes de países de la Comunidad de Estados Independientes como Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Kazajistán, Kirguistán y Turkmenistán, y de ejércitos extranjeros invitados, como China, India y Serbia.
Para politólogos consultados por el periódico The Guardian, el desfile por el Día de la Victoria sirvió para mostrar el poderío militar y su tecnología, incluyendo el moderno tanque Armata. Este ha sido descrito como el carro de combate de última generación que está llamado a reemplazar a los tanques de la era soviética. El Armata T-14 tiene una torreta manejada a control remoto con un cañón de 125 mm que puede tanto disparar proyectiles balísticos como misiles guiados.
Su tripulación, de tres miembros, viaja protegida en una cápsula reforzada colocada en su parte frontal, lejos del armamento.
Otra de las modernas armas de defensa mostradas fue el misil RS-24 Yars, que Moscú ha descrito como la respuesta del sistema antimisil de la OTAN.
La ex Unión Soviética perdió cerca de 27 millones de soldados y civiles en la llamada Gran Guerra Patriótica de 1945, es la mayor pérdida entre los países que combatieron a las fuerzas nazis. De ahí que la victoria del Ejército ‘Rojo’ representa un legado y una fuente de enorme orgullo para los rusos.
La conmemoración se extendió a otras ciudades rusas como Sebastopol, donde autoridades de la República Autónoma de Crimea y veteranos depositaron ofrendas florales en el complejo de Ciudad Heroica y luego se izaron los estandartes de la flota rusa del mar Negro. (I)