ESPECIAL FIN DE AÑO
Putin acusa a Occidente de construir un nuevo muro y así impedir el fin del conflicto en Ucrania
Tironeada entre Rusia y la Unión Europea (UE), en Ucrania parece no asomar una solución definitiva al conflicto armado que durante más de un año ha dejado 5.000 muertos, medio millón de desplazados, la anexión de Crimea a Moscú y la separación de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk.
La negativa a la firma del acuerdo de asociación con la Unión Europea, tomada en noviembre de 2013 por Víktor Yanukóvich, desató en Kiev, la capital de Ucrania, una ola de protestas que en febrero de 2014 concluyó con su derrocamiento y exilio en Rusia. En el hecho un centenar de personas murieron en los enfrentamientos.
Con el panorama negro, en menos de un mes, el 16 de marzo, Crimea celebró un referéndum de estatus político de independencia en el que un 96,7% votó por el ‘Sí’. Aunque Kiev lo declara ilegal, desde el 21 de marzo la península conforma el distrito federal de Crimea y se incorpora a la Federación de Rusia. A la par, los prorrusos de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, impulsados por el éxito del proyecto de Crimea, se alzaron para conseguir también su independencia y anexarse así a Rusia. Las nuevas autoridades ucranianas los retienen con militares y acusan a Rusia de respaldar a los separatistas y de participar directamente, hecho que fue rechazado por las autoridades.
Finalmente, tras la elección de Petró Poroshenko, como nuevo mandatario, Ucrania firmó el acuerdo de asociación con la Unión Europea, el mismo que en su momento Yanukóvich decidió aplazar y por el que fue derrocado.
Tras varios meses de agitación y decenas de heridos, muertos y desplazados con la mediación de la OSCE (Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado) y Rusia, el 5 de septiembre, las autoridades ucranianas y los separatistas anuncian en Minsk un acuerdo de alto el fuego, y 2 semanas más tarde firman un plan de arreglo al conflicto. Pese a ello las hostilidades continuaron y actualmente el conflicto sigue vigente.
Durante este tiempo de ‘alto al fuego’ el gobierno Ruso envió varios cargamentos humanitarios al este de Ucrania, que llevaron toneladas de alimentos, agua y materiales de construcción. Por este motivo muchos residentes de Lugansk y Donetsk solo tienen palabras de agradecimiento para Moscú.
El presidente ruso Vladímir Putin, en su tradicional informe de fin de año, preguntado sobre el conflicto entre Rusia y Occidente 25 años después de la caída del muro de Berlín, y el primero más grave desde 1991, tras la disolución de la Unión Soviética, acusó a los occidentales de construir un nuevo muro.
Putin aclaró que el actual presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, tiene un interés genuino en buscar una solución a la crisis que vive el país, pero otros dirigentes ucranianos hacen declaraciones agresivas: “ellos libran una guerra hasta el final e incluso que puede hacer estallar una crisis continental”, expuso.
El gobernante ha advertido que mantendrá su doctrina militar defensiva a pesar de que la OTAN incrementa la presencia en Europa del Este. “Nuestra posición invariable en lo que se refiere a las crisis, incluida la crisis en Ucrania, consiste en que nuestros socios deben entender que la opción más correcta es dejar de erigir muros y comenzar a construir un espacio común de seguridad y libertad económica”, enfatizó Putin.
Antes de finalizar el año el régimen de Ucrania dio un paso suplementario hacia la OTAN al renunciar a su estatuto de país no alineado, una medida que provocó la cólera de Moscú en el marco de los esfuerzos de las negociaciones de paz entre Kiev y los rebeldes prorrusos.