La Liga Árabe acordó ayer pedir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas formar una fuerza de paz conjunta para Siria, así como retirar a sus embajadores del país y aumentar las sanciones económicas contra el régimen de Damasco.

Estas decisiones fueron tomadas en una reunión extraordinaria en El Cairo de los jefes de la diplomacia árabe que tiene el objetivo de buscar una solución a la crisis siria, según el proyecto de resolución al que tuvo acceso EFE. 

Además, los ministros de Relaciones Exteriores pusieron fin a la anterior misión de observadores árabes, cuyo  trabajo había quedado suspendido desde el pasado 28 de enero debido a la escalada de la violencia en ese país. Esta decisión coincide con la dimisión del jefe de la citada misión de observadores, el  sudanés Ahmed Mustafa al Dabi.

Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas debatirá hoy sobre los derechos humanos en Siria, en un nuevo intento de Occidente y algunos países árabes por sacar del poder al presidente sirio, Bashar Al-Assad.

La cita fue convocada por el presidente de ese órgano, Nassir Abdulaziz Al-Nasser, quien hasta el año pasado fue el embajador de Catar ante el organismo internacional, uno de los estados árabes que impulsa con más fuerza un “cambio de régimen” en Damasco. La convocatoria para la sesión fue dada a conocer incluso antes de la Liga Árabe en El Cairo.