El detenido por el tiroteo de este lunes en una universidad de Oakland (California), que causó siete muertos y tres heridos, estaba enfadado con una empleada y con los estudiantes porque se metían con él y no lo trataban “con respeto”, informaron  fuentes policiales.

El detenido, One Goh, de origen coreano y ex alumno de la universidad, admitió su culpabilidad y vinculó los hechos con el trato dispensado por una empleada en concreto de la universidad Oikos, cuyo nombre no ha trascendido por ahora, manifestó  el jefe de la Policía de Oakland, Howard Jordan, quien añadió que la empleada no se encuentra entre las víctimas.

“Creemos que ninguna de las víctimas eran las personas que se metían con él”, apuntó el uniformado, tras indicar que  el sospechoso admitió que quería regresar al centro e infligir dolor.

One Goh, de 43 años, abandonó la universidad en noviembre por causas desconocidas hasta ahora,  y confesó a los investigadores que no se sentía satisfecho en la clase que estaba apuntado y sentía que sus compañeros no lo trataban como uno más, incluso en los últimos tiempos no le dirigían la palabra y lo ignoraban.

El hombre, nacionalizado estadounidense, se entregó una hora después del tiroteo en la universidad Oikos, que imparte materias relacionadas con la religión, la música, la enfermería y la medicina asiática, según su página oficial.

La Policía confirmó que las víctimas son seis mujeres y un hombre, con edades entre los 20 y 40 años. EFE