El Cairo.- Las Fuerzas Armadas de Egipto cumplieron su amenaza. Flanqueado por las máximas autoridades religiosas y  políticas del país, el mariscal Abdel Fatah al Sisi, jefe del Ejército y ministro de Defensa, anunció que la Guardia Presidencial no obedecerá más las órdenes del presidente Mohamed Morsi, suspendieron la Constitución y nombraron al titular del Tribunal Constitucional Supremo, Adli Mansour, jefe de Estado interino hasta convocar a elecciones presidenciales anticipadas.

En un discurso televisado a la nación y tras expirar el ultimátum de 48 horas que dio el Ejército al presidente para formar un “gobierno de unidad nacional”, Al Sisi anunció que las Fuerzas Armadas egipcias  suspendieron la Constitución del país temporalmente y que ahora  el presidente de la Corte Constitucional   dirigirá el país y que hoy jurará en el cargo.

“Él será el encargado de administrar una etapa interina en la que se convocarán a elecciones presidenciales anticipadas, conforme a lo establecido dentro de la hoja de ruta”, dijo Al Sisi. Según este documento, el presidente tendrá todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y será el encargado de designar a un jefe de Gobierno y sus prerrogativas.

Un comité, consensuado con líderes religiosos,   enmendará la ConstituciónEl plan incluye, además, la formación de un comité de expertos para enmendar la Constitución, según dijo el militar, que fue consensuado con líderes religiosos como el jeque de la institución islámica de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, el papa copto, Teodoro II. También participaron políticos como el opositor, Mohamed El Baradei y representantes del movimiento Tamarud, que lo acompañaron durante la comparecencia.

El anuncio se produjo tras una jornada de gran tensión en la que el jefe del Ejército mantuvo reuniones durante el día con Mohamed el Baradei, premio Nobel de la Paz, que fue designado ayer por la alianza opositora Frente del 30 de Junio como su representante y portavoz.

La actuación de las Fuerzas Armadas, que contó con el apoyo de un amplio sector de la población de Egipto, pone fin al mandato de Morsi, quien apenas tenía un año en la presidencia del país árabe.

El Baradei calificó de un “paso hacia la reconciliación nacional” el movimiento y la hoja de ruta presentada por el Ejército.

El premio Nobel de la Paz, la figura más conocida de la oposición a Morsi, afirmó que con lo ocurrido ayer “se corrige la Revolución del 25 de Enero”, que derrocó al presidente Hosni Mubarak (1981-2011), y se responde a las demandas del pueblo egipcio.

Por su parte, el jeque de la institución islámica de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, consideró que con esta iniciativa el dividido pueblo egipcio podrá “tender puentes”, mientras que el papa copto, Teodoro II, señaló que la hoja de ruta se ha aprobado para “resolver el actual callejón sin salida”.

Euforia en Tahrir

Este fue el desenlace de varias semanas de tensión y violentos enfrentamientos en Egipto, donde ya han muerto al menos 40 personas. Desde hace días se han realizado extensas protestas exigiendo la salida de Morsi y cambios ante la grave crisis económica que afecta el país.

Ayer la expectación en las calles de Egipto era máxima. Treinta meses después de que las manifestaciones en la plaza Tahrir pidieran el fin del papel del Ejército en la vida política, las calles se  volvieron a llenar para celebrar que los militares acabaran con el gobierno islamita elegido en las urnas. El anuncio hizo  estallar de alegría a los miles de manifestantes de la emblemática plaza  Tahrir.

La gran incógnita ahora es el paradero del derrocado presidente Morsi, quien dijo que las medidas anunciadas por el jefe de las Fuerzas Armadas son un “golpe” de Estado y que continúa siendo el mandatario de Egipto, al tiempo que pidió a los mandos militares y a los soldados que cumplan la Constitución y la ley, y no se impliquen en esta acción.