El presidente de Ecuador, Rafael Correa, no pudo contener las lágrimas ayer al saludar al  papa Francisco, durante el encuentro con las autoridades que asistieron a la misa de inauguración del pontificado.

Acompañado por su madre, Norma Delgado, el mandatario conversó brevemente con el nuevo Pontífice, que recibió una a una, por orden alfabético, a las 132 delegaciones   de todo el mundo que estuvieron presentes en  la solemne ceremonia de inicio de su ministerio petrino.

Correa, que mostró una fotografía al Santo Padre, tenía previsto retornar al país luego de la ceremonia.

Por su parte, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y su esposa Cecilia Morel llevaron los rosarios de sus nietos para que el Papa los bendijera.

La gobernante  de Argentina, Cristina Kirchner, vestida de negro, fue una de las primeras que  saludó al hasta hace apenas una semana arzobispo de Buenos Aires, al día siguiente de que ambos protagonizaran un gesto de acercamiento, tras numerosas tensiones, durante un almuerzo en el Vaticano.

Después  pasaron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sola como su homóloga argentina, y el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, quien confirmó que  invitó  al nuevo Pontífice a visitar su país.

El heredero de la corona española, el príncipe Felipe, y su esposa Letizia, y los futuros reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, argentina de nacimiento, también felicitaron en  persona al nuevo Papa tras la ceremonia. AFP