Premier iraquí anuncia dimisión por las protestas
El primer ministro iraquí, Adil Abdul Mahdi, presentará su renuncia al Parlamento para que los legisladores elijan un nuevo gobierno, en medio de las protestas que dejan más de 400 muertos desde principios de octubre.
La decisión de Mahdi se produjo después de que la máxima autoridad religiosa chiita de Irak, el ayatolá Ali al-Sistani, exhortó a los parlamentarios a reconsiderar su apoyo al gobierno “incompetente”.
Su pronunciamiento llegó tras una de las jornadas más violentas en el sur del país desde el inicio de las protestas hace casi dos meses.
“En respuesta a este llamado y para facilitarlo lo más rápido posible presentaré al Parlamento una demanda (para aceptar) mi renuncia al liderazgo del gobierno actual”, afirmó Mahdi en un comunicado difundido por su oficina, sin especificar cuándo presentaría su dimisión, aunque el Parlamento se reunirá mañana.
En un discurso a los fieles durante el rezo del viernes en la ciudad de Kerbala, el líder religioso destacó que el Gobierno iraquí demostró ser “incompetente” a la hora de gestionar las protestas e invitó a los miembros del Parlamento a reconsiderar su apoyo al Ejecutivo del primer ministro.
Al-Sistani instó a los parlamentarios a abandonar su apoyo al gabinete actual. “Se le pide al Parlamento, del que proviene el actual gobierno, que reconsidere su elección a este respecto y actúe de acuerdo con el interés de Irak para preservar la sangre de sus hijos”, dijo.
Además, el ayatolá pidió al Parlamento “acelerar la adopción de un conjunto de leyes electorales que satisfagan las demandas de la gente como preludio de una elección libre y justa que refleje correctamente la voluntad del pueblo iraquí”, según la cadena árabe Al Arabiya.
Asimismo, condenó la violencia que se produjo en vísperas en las provincias del sur del país, reiteró su apoyo a los manifestantes y pidió al gobierno y a los partidos políticos respetar las demandas del pueblo y detener el “derramamiento de sangre”.
El clérigo chiita Muqtada al Sadr también pidió el jueves la dimisión “inmediata” del Gobierno iraquí, tras la violencia en el sur del país, en concreto en Bagdad y la ciudad de Nasiriya, con un saldo de más de 40 muertos, que hizo del jueves la jornada más sangrienta desde el inicio de las protestas.
En la céntrica plaza Tahrir de la capital, un emocionado Kazem al Maydi aseguró que la dimisión de Abdil Mahdi es “lo mínimo que podía hacer” y “un primer paso para cambiar el sistema político corrupto que gobierna el país”.
“Nos alegra la dimisión, a pesar del gran dolor que vivimos después de que sus fuerzas hayan matado a nuestros hermanos en Nasiriya y Nayaf con sangre fría”, lamentó Abu Mohamed en Tahrir, quien recordó uno de los episodios más sangrientos que ha vivido Irak.
Ayer se repitieron los choques en Nasiriya, donde 16 manifestantes murieron y más de 100 resultaron heridos en una nueva oleada represiva.
Desde el 1 de octubre, que comenzaron las manifestaciones contra la corrupción, los altos índices de desempleo y la falta de servicios públicos, entre 380 y 400 personas murieron y cerca de 15.000 resultaron heridas, según recuentos de agencias internacionales con base en fuentes médicas y policiales.
Sin embargo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos actualizó ayer el balance de víctimas en al menos 354 fallecidos y 8.104 lesionados, aunque advirtió que la cifra podría ser mayor.
Los manifestantes piden un cambio de gobierno al considerarlo corrupto y responsable de la mala gestión de los recursos y problemas económicos del país, sobre todo en el sur del territorio, rico en petróleo, pero donde la población no se beneficia de ello. (I)