La Jefatura del Estado y el Gobierno lusos condenaron este viernes de forma "vehemente" el "golpe de Estado" ocurrido en Guinea Bissauy y reclamaron a la comunidad internacional que adopte "una posición firme" para evitar asonadas como esta.

En declaraciones a los periodistas durante su visita al municipio portugués de Mafra, el presidente, Aníbal Cavaco Silva, incidió en que si no se toman las medidas adecuadas, "hace mucho tiempo que es evidente que (...) las fuerzas militares de Guinea serán una fuente de violencia".

Por su parte, el Ejecutivo luso instó a los autores del "golpe militar" en un comunicado a liberar a los políticos detenidos, sin precisar detalles sobre su identidad, y anunció que "promoverá la atención urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas" a la situación de Guinea Bissau.

Un grupo de militares atacó ayer la residencia del actual primer ministro y candidato a las elecciones presidenciales, Carlos Gómez Junior, del que se desconoce su paradero, aunque algunas fuentes apuntan a la posibilidad de que se encuentre retenido mientras que otras afirman que está a salvo y en un lugar seguro.

Los militares cortaron la emisión de varias cadenas de radio y televisión y cerraron algunas calles de Bissau, la capital, donde se escucharon disparos durante la noche.

Por el momento se desconoce cuáles son las facciones del Ejército implicadas en la asonada, aunque los militares señalaron en un comunicado difundido por la radio estatal que su intención no es dar un golpe de Estado sino reaccionar a la amenaza que supone la presencia de Fuerzas Armadas angoleñas para la soberanía nacional.

"Portugal está tomando el papel que le compete, pero es preciso que la comunidad internacional no deje de mirar a la situación dramática del pueblo guienense", recalcó por su parte Cavaco Silva.

La excolonia portuguesa tenía previsto celebrar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el próximo 29 de abril, convocadas después de la muerte en enero y por enfermedad del entonces jefe de Estado, Malam Bacai Sanha, en un hospital de París.

En la primera cita con las urnas, el actual primer ministro, Carlos Gómez Júnior, venció con un 48,97 % de los votos, seguido por Kumba Yala, que reunió el 23,26 % de los apoyos.

Yala, sin embargo, es uno de los cinco aspirantes que rechazaron los resultados de las urnas por considerar que se produjo "un fraude masivo" que propició el triunfo de Gómez Júnior, lo que le llevó a anunciar que no se presentaría a la segunda vuelta.