Policía rectifica cifra de atentado
La Policía noruega rebajó ayer de 93 a 76 el número de víctimas mortales en el doble atentado del viernes, tras reducir de 85 a 68 los muertos en el campamento juvenil de la isla Uto- ya, y elevar de 7 a 8 los fallecidos en el complejo gubernamental de Oslo.
El portavoz policial, Sveinung Sponheim, advirtió en rueda de prensa de que dicho balance no puede darse aún por definitivo, puesto que se sigue buscando posibles víctimas en la isla dados hasta ahora como desaparecidos.
A este respecto, rechazó dar estimaciones sobre el número concreto de posibles desaparecidos, para evitar “confusiones” en una situación “extremadamente dramática”.
El desfase entre el balance de ayer y la cifra de 93 víctimas que se daba hasta ahora se debe, agregó, a las “circunstancias difíciles” en que se han realizado las tareas de rescate, intentando así salir al paso de las crecientes críticas que reciben las fuerzas de seguridad por su respuesta ante la crisis.
El presunto autor del doble atentado, Anders Behring Breivik, reconoció ayer en su primera comparecencia ante el juez instructor la autoría de la matanza y explicó que su objetivo era “castigar a la socialdemocracia” por “importar” musulmanes.
“El detenido aseguró (ante el juez) que necesitaba perpetrar estos atentados para salvar a Noruega y a Europa occidental de los musulmanes y del marxismo cultural”, aseguró una portavoz del juzgado de distrito de Oslo ante los medios tras la comparecencia del detenido.
Breivik explicó que con su acción buscaba “limitar” las posibilidades futuras del Partido Laboral (PA) noruego de acceder al poder, así como mandar una “señal fuerte” que “no pueda ser malinterpretada”.
Asimismo, el presunto autor de los atentados afirmó en su primera comparecencia judicial, a puerta cerrada, que tiene “otras dos células” en su organización, informó el juez.
El sospechoso y único detenido hasta el momento en relación con el doble ataque reconoció ante el juez instructor haber colocado el coche bomba en el barrio gubernamental de Oslo y haber tiroteado, solo dos horas después, a más de un centenar de los jóvenes de la isla Utoya.