La semana pasada, el agente de la policía de Texas (Estados Unidos) James Brennand recibió una alerta sobre un altercado en un local de comida rápida, cuando llegó vio un automóvil que no estaba relacionado con la llamada de emergencia y el gendarme pensó que se trataba de un vehículo que se dio a la fuga un día antes cuando intentó detenerlo.

Pero dentro de ese automóvil se encontraba Erik Cantú, un joven de 17 años de edad que comía una hamburguesa junto a otra adolescente, quien arrancó el vehículo cuando el policía abrió la puerta sin autorización y lo encaró.

“En ese momento, Brennand abrió fuego contra el vehículo, al que disparó varias veces mientras huía. El agente trató de alcanzarlo corriendo, pero no tuvo éxito. El comunicado detalla que el conductor sufrió múltiples heridas por impacto de bala, mientras que su acompañante resultó ilesa”, publica el portal de noticias RT.

El joven fue hospitalizado en condición estable y fue acusado de evadir el control policial y de asalto agravado, pero luego la Fiscalía rechazó esos cargos para una mayor investigación de lo sucedido.

Diez días después del incidente, la Policía de San Antonio informó que Brennand fue despedido y se señaló que su accionar “violó las tácticas, la capacitación y los procedimientos del departamento”.

"No hay nada que pueda decir en defensa de las acciones de ese oficial esa noche", dijo William McManus, jefe de policía de San Antonio. "Creo que lo que sucedió, inicialmente, [es que] hubo algún contacto, pero eso no justificó el tiroteo", añadió.

“Este martes, Brennand fue acusado bajo dos cargos de agresión agravada por parte de un servidor público, informaron medios locales”, señala RT.