Las cinco personas aprehendidas por ser presuntos atacantes el jueves del casino Royale de Monterrey, norte de México, que dejó 52 muertos, confesaron pertenecer al cartel de los Zetas, informó ayer Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León.

La Policía detuvo el domingo a un adolescente que conducía un automóvil robado en Escobedo, un municipio aledaño a Monterrey, que resultó estar relacionado con el ataque y él proporcionó los datos para capturar a los otros cuatro cómplices.

De acuerdo con el funcionario, los detenidos confesaron su participación en el incendio con gasolina contra el casino. 
Los arrestados indicaron que el atentado no era dirigido a las personas en primera instancia sino al casino, pero cuando llegaron al lugar se les pudo haber salido de control porque estaban drogados, añadió el gobernador.

El móvil del atentado fue presuntamente por un incumplimiento de un cobro o extorsión a los dueños del casino, explicó Medina, quien aseguró que las autoridades judiciales cuentan con pruebas científicas que permiten asegurar que estas personas están implicadas en el crimen.

Monterrey, la tercera ciudad más importante de México y polo industrial del norte del país, se encuentra envuelta desde 2010 en una ola de violencia causada por la guerra entre el cartel del Golfo y sus antiguos aliados los Zetas.

El servicio médico forense regiomontano, por su parte, terminó de identificar a los 52 muertos, de los cuales 42 son mujeres, informó  la Fiscalía del estado de Nuevo León.

La dependencia difundió los nombres de las víctimas de sexo femenino  y de los  diez hombres que fallecieron intoxicados por  humo o por quemaduras.

Hasta ahora se había verificado la identidad de 35 féminas y se trabajaba en las pruebas de ADN de los últimos siete cuerpos que estaban carbonizados, añadió la Fiscalía de Nuevo León.

En el balance final, la dependencia registró además diez  personas heridas, aunque añadió que el número de lesionados pudo ser mayor.

Mientras tanto, un contingente de 3.000 militares y policías federales empezó a llegar desde el  sábado a  Monterrey (noreste) para reforzar la seguridad tras el ataque al casino, informó el Gobierno. 

Asimismo, el fin de semana alrededor de un millar de personas se concentraron en la ciudad mexicana  para exigir justicia para los 52 muertos en el atentado. AFP