El último informe del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), organismo responsable de enfrentar el desastre que vive Perú, es alarmante, 98 son las víctimas mortales, 133.000 los damnificados, 895.000 los afectados y más de 198.000 las viviendas destruidas.

Y los números no se detienen. Ascienden al mismo ritmo que los caudales de los ríos Piura, Santa, Moche, Rímac, Chancay,  que superan sus márgenes e inundan el campo y la ciudad.

Al amanecer ayer, por ejemplo, la ciudad de Piura, una de las más grandes del país, soportó horas de intensa lluvia, elevando el caudal a 26,6 milímetros cúbicos por líquido acumulado. Esto significa que los lugares donde había calles, adoquines y graderíos, ahora son una sola imagen bajo el paso del agua.

Con el desastre aún en desarrollo, el Gobierno de Perú piensa ya en el camino siguiente: la reconstrucción.

Desde el Ministerio de Trabajo, dirigido por Alfonso Grados (foto), se diseña un programa titulado Trabaja Perú en Emergencia, que generará, en los meses entrantes, 20.650 empleos temporales de mano de obra no calificada, dedicados exclusivamente a tareas de reconstrucción.

El Estado planea invertir 65 millones de soles ($ 19,9 millones) para activar economías caseras en 11 regiones afectadas por el clima. Desde abril, de acuerdo con lo expresado por el ministro Grados, se pondrán en marcha 335 proyectos en los que se incluirá la mano de obra.

Todo un reto es articular ese nivel de participación considerando que la ejecución estará mediada por las municipalidades de los sectores afectados. En manos de los alcaldes se pondrá la decisión de elegir a los trabajadores para empezar las obras. (I)

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El Ejecutivo busca asesoría internacional

Según el ministro del Interior, Fernando Zavala, esta reconstrucción deberá planificarse previendo evitar los daños en los próximos 50 o 100 años. Un reto para el cual Perú busca expertos nacionales e internacionales que sean capaces de asumir esta tarea.

Se sumarán iniciativas consideradas necesarias. Las ayudas de Agrobanco a los agricultores que lo han perdido todo, a través de préstamos o plazos para el pago de deudas, es una de ellas. (I)