Diálogo con Cristina Fernández
Piketty hace recomendaciones en Argentina
Sentada en su silla de ruedas, que usa desde que sufrió una fractura en su tobillo izquierdo, producto de una caída a fines de año, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner recibió en su residencia oficial de Olivos, en la periferia norte de Buenos Aires, al economista francés Thomas Piketty, autor del libro El capital en el siglo XXI.
El encuentro fue destacado por la propia presidenta a través de un escueto mensaje en su cuenta de Twitter. “Hace un ratito estuvimos en Olivos con Thomas Piketty”, escribió. La reunión se realizó en el despacho de la Presidencia el sábado por la tarde y duró 2 horas. El diálogo, según la versión oficial, giró sobre varios temas, pero en especial en torno a la desigualdad económica y distribución de la renta, 2 de los puntos en que se especializa el escritor francés.
Piketty estuvo en el país austral para presentar el mencionado best seller económico. La Presidenta no fue la única en invitarlo a su despacho. Un día antes había almorzado con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli.
Piketty, profesor en la École des Hautes Études en Ciencias Sociales y de la Paris School of Economics, recomendó a las autoridades argentinas “ajustar las categorías impositivas con la inflación, porque no es lo mismo ganar 20.000 dólares al año que 100.000”.
“Si se quiere que más gente tribute, se tiene que fundamentar el porqué y no dejar que lo haga la inflación”, indicó.
En sus conversaciones con los medios, también advirtió que Argentina sufre de “falta de transparencia sobre el ingreso, la riqueza, el capital y la inflación, lo que puede tener enormes consecuencias en la distribución y la desigualdad, porque afecta a los sectores más frágiles de la sociedad”.
Sobre la fórmula del éxito para lograr una mayor distribución de la riqueza, Piketty dijo que lo primero “es la convergencia de los ingresos de los países emergentes y de los más ricos. La convergencia entre países como China, o incluso los latinoamericanos, con los más ricos es un factor clave y que aún hoy continúa”.
“Otra fórmula es la difusión del conocimiento y el empleo que puede ocurrir a través de las empresas y las escuelas. Estas vías son muy poderosas para reducir la desigualdad. Claro que requiere de pagar impuestos porque la educación hay que financiarla y el problema radica en qué podemos financiar dado el sistema tributario que tenemos”, apuntó.
Y agregó: “En América Latina, en países como Chile, la recaudación ha sido históricamente baja como para financiar la educación y ahora se llevó a cabo una reforma tributaria y eso me parece bien. En cambio, en países como Argentina o Brasil, donde la recaudación es más alta, los sistemas tributarios son regresivos con impuestos indirectos y un alto impuesto al consumo.
Finalmente, el tercer factor que juega en la baja de la desigualdad es una política de salario mínimo”.