Peregrinos de todo el mundo guardan vigilia a espera de canonizaciones
En vísperas de la inédita canonización de dos papas, Juan XXIII y Juan Pablo II, miles de fieles ocupaban las vías de acceso a la Plaza de San Pedro, muchos en busca de un lugar para pasar la noche.
Los espacios previstos dentro y fuera de la plaza no siempre garantizan una buena visión. Por ello es preferible ubicarse desde el sábado, piensan muchos, aunque pantallas gigantes repartidas por Roma transmitirán la ceremonia.
Para los miles de peregrinos -se habla de cerca de un millón- especialmente aquellos que viajaron de Polonia y América Latina, cualquier esfuerzo está justificado para estar presente en este evento sin precedentes en la historia: dos papas canonizados ante dos papas vivos.
- Seminaristas y latinoamericanos entre los testigos directos -
Uno de los grupos más folclóricos es el de los 33 seminaristas del instituto Redentoris Mater de Macerata, en el sur de Italia, que acampa prácticamente frente a la puerta de la oficina de prensa de la Santa Sede, a un paso de la plaza de San Pedro.
Extendieron mantas por el suelo, sánduches en la mano, comieron como en un picnic. Y luego sacaron dos guitarras y comenzaron a cantar en varios idiomas, desde la latinoamericana "La Bamba", hasta la italiana "Volare" o la más clásica "O Sole mio", mientras la gente los aplaudía con entusiasmo.
"Hemos venido a celebrar a Juan Pablo II, que puso la primera piedra de nuestro seminario, y a pedirle que nos ayude en la evangelización, especialmente en China", contó Joel Levi, un seminarista de Costa Rica.
- ¿Y el papa Francisco? -
"Es una maravillosa persona. Tenemos ahora un papa que es misionario, que nos invita a salir de la Iglesia", añadió.
Más allá, un grupo de chilenos con su bandera en la mano, coreaba "Chi Chi Chi le le le, viva Chile" varias veces. Del grupo formaban parte varias señoras de mediana edad, que llegaron especialmente para la canonización.
"Juan Pablo II ayudó mucho cuando estuvo en Chile para que se volviera a la democracia. Nos dejó una gran enseñanza", comentó Teresa Salamanca, de Santiago de Chile.
"Juan XXIII fue el que cambió la forma de vivir la fe con el Concilio Vaticano II", agregó.
¿Y el papa Francisco? "El papa Francisco está volviendo a lo que debiéramos ser porque se han perdido mucho los valores de la Iglesia. Estamos más por el consumismo que por la fe", lamentó.
Dentro de la plaza, unos 25 peruanos, con su bandera a cuestas, también buscaban lugares para dormir.
"Hay algunos que han venido desde Lima. Otros de Europa. Yo vivo en Alemania. No se podía estar ausente en un evento de estas dimensiones históricas y referido a dos papas tan queridos", dijo Cecilia Straeder.
Natividad Vacuilima, una señora de origen indígena de Ecuador, contó que era la primera vez que venía a Roma y que lo había hecho porque Juan Pablo II "nos hizo una visita a Ecuador y le hemos tenido mucha fe".
Cuatro ciclistas se detuvieron para descansar cerca de la plaza. Son polacos, según se podía leer en sus remeras rojas, que además tenía esta frase: "Canonización de Juan Pablo II".
Llegaro en bicicleta desde Polonia de donde partieron hace 21 días. Recorrieron 2.200 km, contó uno de ellos.
"Para nosotros es muy importante la canonización de Juan Pablo II. Nosotros lo amábamos. Por eso estamos aquí", confesó Andrzej Michalski, un devoto del papa polaco.